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Actualizado: 22 de mayo de 2025


No se crea por lo dicho, que juzgue conveniente emancipar á la juventud de la enseñanza de los elementos; muy al contrario, opino que quien ha de aprender una ciencia, por grandes que sean las fuerzas de que se sienta dotado, es preciso se sujete á esta mortificacion que es como el noviciado de las letras.

Pero he visto muchos libros, que no muestran el fondo de virtud de sus héroes, ni manifiestan el modo con que exercitaban la humildad, la paciencia, la caridad, la mortificacion, la honestidad, y demas virtudes, antes se trata esto de paso; y muy de propósito se ponderan las revelaciones inmensas, las apariciones sinnúmero, que tuvo la persona Venerable; y casi se intenta probar la gran santidad de un Varon por el copioso número de revelaciones, y no por la prueba real y verdadera de sus eminentes virtudes.

Por salir cuanto antes de esta mortificación, se levantó rápidamente de su asiento, y dijo con aire de querer echar el asunto hacia otra parte: Es harto triste esta materia, que a ustedes les trae muy amargos recuerdos y a muy negros temores.

Lo que nadie sabía era que iba por fuerza, contra su voluntad, por falta de valor para rebelarse contra aquella exhibición brutal y dolorosa; lo que nadie podía sospechar era su vergüenza íntima, su mortificación al fingir pudores e ignorancias, cuyas mentiras la envilecían a sus propios ojos, abrasándole con un fuego sucio la conciencia.

Metíase en las tabernas, sin miedo a las burlas de los alegres compadres, que le invitaban a tomar una copa. Gracias; el no bebía. El vino le dañaba los ojos. Pero a cambio de que le oyesen, acababa por tomar un sorbo, a guisa de mortificación, haciendo los mismos aspavientos que si fuese veneno, y les hablaba de sus devociones simples, de su piedad de hombre sencillo.

Su amor platónico al ascetismo le impulsaba a alentar en vez de reprimir prudentemente el de su penitenta. Cada mortificación que ésta se infligía y temblando y ruborizada venía a relatarle en el confesonario le causaba un gozo profundo, le parecía un triunfo sobre el pecado y se forjaba la ilusión de que a él le correspondía una parte de la victoria.

En la cruz está la salud, en la cruz está la vida, en la cruz está la defensa de los enemigos, en la cruz está la infusión de la suavidad soberana, en la cruz está la fortaleza del corazón, en la cruz está el gozo del espíritu, en la cruz está la suma virtud, en la cruz está la perfección de la santidad.... Toma pues tu cruz, y sigue a Jesús.... Mira que todo consiste en la cruz, y todo está en morir; y no hay otro camino para la vida y para la verdadera paz que el de la santa cruz y continua mortificación.... Dispón y ordena todas las cosas según tu querer, y no hallarás sino que has de padecer algo, o de grado o por fuerza; y así siempre hallarás la cruz, porque o sentirás dolor en el cuerpo, o padecerás tribulación en el espíritu.... Cuando llegares al punto de que la aflicción te sea dulce y gustosa por amor de Cristo, piensa entonces que te va bien, porque hallaste el paraíso en la tierra...».

No ha dejado de ser para una mortificación el dejar así, en todos tiempos, la molicie del lecho y de la dulce temperatura de mi cuarto, para ir a oír la que aquí llaman la misa de los pobres y de las criadas; pero, ¿no somos todos por ventura pobres en la gracia de Dios y servidores todos de nuestros padres primero, de nuestros maridos y de nuestros hijos después?

De ser creyente, se hubiese hecho ermitaño, lego de un convento de trapenses, asceta en un desierto. Ahora comprendía la huida del mundo, el aislamiento cruel, las santas locuras de ciertos desesperados, que al ser mordidos por el dolor encuentran remedio en su ignorancia y su fe. Permaneció varios días en la cabaña de Zaratustra, complaciéndose en su suciedad, haciendo de esto una mortificación.

Aunque la entrada del Rey en Zaragoza se solemnizara con el perdón de los proscriptos, la libertad de los presos, el derribo de los padrones de infamia de los caudillos de la revolución aragonesa , Antonio Pérez seguía exceptuado, recibiendo mortificación y desengaño nuevo. «¡Ah! escribía, á cabo de nueve años de prisiones han soltado á madre é hijos; pero se les ha mandado que no puedan salir de España.

Palabra del Dia

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