United States or Norfolk Island ? Vote for the TOP Country of the Week !


La descripción que se hace de la conducta del demonio, por una parte, predicando el amor de Dios y haciendo milagros para terminar cuanto antes la misión fatal que se le ha ordenado; las frases obscuras é incomprensibles, con que expresa su repugnancia á llenarla, y el éxito extraordinario de sus obras, contrarias á su propio interés; los medios de que se vale para mitigar algún tanto su dolor, atormentando á los demás monjes, y asustándolos con sus apariciones repentinas cuando creen que está más lejos de ellos; y por último, su regreso á los infiernos después de ejecutar en todo los mandatos divinos, todo esto, repetimos, es de una gracia y de un ingenio incomparable.

Ni él es mi amigo ni yo le debo favores, pero tiene un corazón animoso y sangre de pura raza y vale mucho más que la partida de gansos que tiene á sus órdenes. ¿No es así, Rogerito? Los monjes de Belmonte son unos santos.... Santos calabacines, que sólo entienden de darse buena vida y llenar el buche. ¿Crees que estos brazos míos y esa cabeza tuya nos fueron dados para llevar semejante vida?

Los primeros eran franceses, monjes del famoso monasterio de Cluny, enviados por el abad Hugo al convento de Sahagún, y que comenzaban a usar el Don como señal de señorío. A la piadosa tolerancia de los anteriores obispos, acostumbrados al trato con árabes y judíos en la amplia libertad del culto mozárabe, sucedía la feroz intransigencia del cristiano conquistador.

Y realmente su rostro angelical, destacándose en aquel momento del tosco capuchón, parecía el de uno de esos monjes ideales que cruzaban misteriosamente por los claustros de los templos góticos para ir a postrarse ante el altar de la Virgen. Por eso algunos de sus actos que parecían extraños no lo eran, si se atendía a que este joven vivía con el espíritu en otros tiempos más nobles y santos.

Vengo de Belmonte y me propongo llegar á Munster esta noche ó mañana. Y viniendo de Belmonte, me basta miraros para conocer que habéis sido discípulo de los monjes.

Al lado de la grandeza de alma y de la experiencia del anciano, la temeraria obstinacion del joven. ¡Qué rasgos individuales distinguen hasta á los personajes subalternos, clérigos y monjes, labradores y pastores, generales y guerreros!

En fin, cuanto más profundizo la historia de esos monjes tan desacreditados, más admiro y venero la extensión de sus trabajos.

Á medida que las libaciones se hacían más numerosas y frecuentes, y el vapor del espumoso Champagne comenzaba á trastornar las cabezas, crecían la animación, el ruido y la algazara de los jóvenes, de los cuales éstos arrojaban á los monjes de granito adosados en los pilares los cascos de las botellas vacías, y aquéllos cantaban á toda voz canciones báquicas y escandalosas, mientras los de más allá prorrumpían en carcajadas, batían las palmas en señal de aplauso, ó disputaban entre con blasfemias y juramentos.

El abad contempló desde su asiento en el estrado las dos hileras de monjes, cuyos rostros plácidos, rollizos y bronceados por el sol, con raras excepciones, y cuya expresión satisfecha, daban clara muestra de la vida tranquila y feliz que allí llevaban. Fray Diego fijó después su penetrante mirada en el joven religioso sentado frente á él y dijo: Sois el acusador, hermano Ambrosio.

Aquella primera parte de la sentencia pareció terrible á los monjes, especialmente á los más ancianos, acostumbrados como estaban á la vida sosegada de la abadía, fuera de la cual se hubieran visto tan desamparados y desvalidos como niños abandonados á sus propias fuerzas.