Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de junio de 2025
La conducta de Isidora en la cárcel era irreprensible: no daba escándalos; trataba a las celadoras con urbanidad y miramientos; se había hecho querer de todas, y las presas que pudieron gozar de su intimidad, se hacían lenguas de su buen corazón, finura y agradable trato.
»Una camarada es la mujer a quien se prohíbe tener ese encanto femenino que nos cautiva; es la loca que firma riendo un contrato de igualdad, que es para ella un engaño... La camarada es la mujer que renuncia a las consideraciones que da la ternura, a los miramientos que da el respeto y a los matices que da el amor... La camarada es la mujer ante la cual se puede hacer todo, es la mujer con la que nadie debe casarse...
Unos instantes más, é iba á entrar en una familia desconocida, bajo una especie de domesticidad mal disfrazada, con un título que me aseguraba apenas los miramientos y el respeto de los criados; esto era nuevo para mí.
Insolente con todo el mundo, sólo tenía atenciones y miramientos con la mula, y siempre andaba por los patios del palacio con un puñado de avena o una gavilla de zulla, cuyos rosados racimos sacudía graciosamente mirando al balcón del Padre Santo, como quien dice: «¡Jem!... ¿Para quién es esto?»
Más tarde regresó á París, donde publicó el libro «Flechas de oro», que obtuvo gran éxito, y se batió con Alberto Wolf, que había censurado sin miramientos la obra de Banville. El desafío fué á pistola. Al oír pasar cerca de su cabeza la primera bala, Glatigny se volvió hacia sus padrinos, diciendo con resignación exquisitamente cómica: «Está visto que han de silbarme en todas partes...»
A Villa y al duque les caía en más gracia que a mí. Cierta noche le tropecé en el teatro. Hablamos en los entreactos y me citó para irnos a beber a la salida unas cañas. Gloria no asistía al teatro por ciertos miramientos bien comprensibles. Me encontraba libre, y acepté con gusto su oferta.
Llegando a la casona, ató la brida del animal jadeante en el aldabón de la portalada y llamó con mayor solemnidad y brío que lo hiciera en reciente ocasión don Rodrigo el del Nidal. No tenía Salvador cobardía ni miramientos como aquella otra vez que, a su regreso de Francia, esperó en aquel mismo sitio, sobresaltado por el eco arrogante de su llamada.
Sin embargo, como se hallaba entre sus ministros, le guardaba ciertos miramientos que en otro sitio se hubiera desdeñado de concederle. Con permiso de usted, a mí me parece que la existencia de un ser creador de todas las cosas no es tan fácil de probar. Se prueba, como tres y dos son cinco gritó un presbítero escanciándose una copita de aguardiente. Verá usted si lo pruebo...
Como vulgarmente se dice, le echó muchísimas flores; pero, con tal arte, que la más presumida no hubiera creído al oírlas que eran nacidas de amor, ni negado tampoco resueltamente que de amor naciesen, porque iban enlazadas con miramientos tales que acaso se hubiera podido interpretar por temor de ofender lo que las contenía dentro de ciertos límites.
Sin embargo, algunos días después he sospechado por el aumento de miramientos con que me honraba la señora de Laroque, que mi respetable amiga le había transmitido mi confidencia.
Palabra del Dia
Otros Mirando