Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de junio de 2025
Alzaba los ojos sorprendida, pero viéndole sonreír, sonreía también y alargaba sus labios de coral para darle un beso. ¿Por qué lloras, Luis? ¿Tienes pupa? Josefina no entendía que hubiese motivo más grave en el mundo para llorar. Amaba a Luis tiernamente, y eso que le chocaba y entristecía la frialdad que con ella usaba ordinariamente.
Si me prendes serás mi carcelera, porque no te fiarás de nadie; y si eres mi carcelera, teniéndote al lado tengo contigo un cielo. ¡Que no se muriera el conde de Lemos! Me estáis destrozando el corazón. Ya sabía yo que la tormenta acabaría en lluvia dijo para sí Quevedo . ¿Lloras, alma mía? ¡Lloro mi desdicha, mi desesperación! ¡Me pesa de haber nacido! ¡Catalina de mi alma!
Y al mismo tiempo la apretó el cuello con sus tiernos brazos y la cubrió el rostro de besos. ¿Por qué lloras, mamá? preguntó sorprendido al sentir en los labios el amargor de las lágrimas. ¿No tenes nada? Toma mi corneta... Y le ofreció una de plomo que le había costado a Basilisa dos cuartos.
Pero, ¿qué tienes, hijo? insistió la señora . ¿Estás malo?... ¿Por qué lloras? Un inmenso desconsuelo, que desgarraba el alma en aquella carita de ángel, se pintó en las facciones del niño; con los dientecillos apretados y los ojos rebosando lágrimas y amarguras, contestó al cabo: Porque estoy solo. Mi mamá no ha venido. ¡Nadie ha visto mis premios!...
En seguida, púsose lívido el rostro de Juanita... la puerta acababa de abrirse y Carlos apareció. Juanita, sin dirigirle un reproche, tendió hacia él sus manos, como en señal de perdón. Carlos se precipitó a estrechar aquellas manos, que cubrió de lágrimas y besos. ¿Por qué lloras, Carlos? le dijo; soy muy dichosa... ¡Te vuelvo a ver!
Verdad, verdad santa, pobre diosa destinada á sufrir y llorar por todos nosotros; destinada á sacrificarse por todos los hombres, y á recibir en cambio la burla y el insulto de los mismos que tú redimes con tus dolores; tú que has sido quemada en tantas hogueras; tú, que con la cabellera tendida por la espalda, vestida de luto y con los ojos húmedos y encendidos, subiste tantas veces la escalera infame de tantos cadalsos; tú, envenenada en Sócrates; crucificada en Jesucristo; ajusticiada en la doncella de Orleans; cargada de hierros en Colon; muerta de miseria en Cervantes; pobre diosa, vive y llora, llora y triunfa, porque tú triunfas aún cuando lloras!
Yo imaginaba... ¡loco desvarío! que acaso un tiempo fuera tan dichoso que junto á mí la viera unida en santo lazo, y me forjaba verla en mi hogar, partiendo mi destino, que mi nombre sus labios bendecian, que «hija mia» mi madre la llamaba, y que «madre» mis hijos la decian... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ¿Lloras? Tu corazon he destrozado... ¡Si tú supieras lo que yo he llorado!...
Martita, ¿qué te pasa?... ¿Qué tienes? le preguntó todo asustado, bajándose para verle el rostro. Nada, nada..., déjame. ¿Pero por qué lloras?... ¿Te he lastimado?... ¿Te he ofendido?... No, no..., déjame, Ricardo..., déjame, por Dios. Y levantándose del banco echó a correr en dirección de la casa, limpiándose los ojos.
Patria del alma, madre bien amada, hoy con el alma triste acongojada contemplo tu infortunio y tus pesares; tu dolor es mi propia desventura y te envío un saludo de ternura desde el confín de los remotos mares. Patria siempre querida: hoy que lloras vencida, tu imagen pura y santa más y más en mi pecho se agiganta. Y ¿por qué has de llorar?
Rapaza me dijo el hombre que se había detenido junto á mí , ¿cómo tan sola, siendo tan hermosa? ¿Esperas á tu amante? Yo no le contesté; pero mis ojos se llenaron de lágrimas. ¿Por qué lloras? me preguntó.
Palabra del Dia
Otros Mirando