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Actualizado: 9 de julio de 2025
He soñado anoche continuó, que este legajo contiene la llave de mi tesoro español. Me dejará usted, pues, muy agradecida, no difiriendo su examen. Terminado este trabajo, me hará el honor de aceptar una comida modesta que pretendo ofrecerle bajo la sombra del pabellón de mi jardín. Me resigné, pues.
El cofre lo dirá; abrámosle: así como así iban á abrirle á la fuerza: vos sois á quien lo que este cofre contiene interesa más, y aunque todavía no habéis cumplido los veinte y cinco años, no importa: no callo más, no puedo ya con este secreto, harto tengo con lo mío... pero es el caso que yo no tengo la llave. Lo romperemos.
Si de tarde en tarde se sentía alguien enfermo durante la noche, era preciso despertar a don Antolín; y hundiendo éste la mano en las profundidades de la sotana, se dignaba restablecer con su llave la comunicación con el mundo. Tenía cerca de sesenta años; era pequeño y enjuto. La edad apenas si había encanecido un poco sus cabellos, cortados al rape.
¡Si te he visto hace un momento desde el cuarto de Pablo por el agujero de la llave!... A mí no se me escapa nada... Eso está muy mal hecho si es que no la quieres... Y si la quieres está muy mal hecho lo que haces conmigo... ¿No estás bien segura aún de que tú sola posees mi corazón? dijo el joven levantando sus ojos apasionados hacia ella. No.
Su gente es mucha, mas su fuerza es poca, Desnuda, mal armada, que no tiene En su defensa fuerte, muro ó roca. Cada uno mira si tu armada viene, Para dar á los pies el cargo y cura De conservar la vida que sostiene. De la esquiva prisión amarga y dura, Adonde mueren quince mil cristianos, Tienes la llave de su cerradura.
En seguida el tren huyó indiferente como todos los trenes expresos, por la curiosidad humana; volvió el vacío furgón de equipajes a su cochera y el jefe de la estación cerró la puerta con llave y se fue a retiro.
¡Anda, hijo, anda á la cama en seguida!... No pensé que te hacía daño también el vino... Ya no queda en Cádiz más hombre que yo... Prosiguió el majo su camino mientras el tío de Frasquito, retorciéndose de risa, intentaba en vano meter la llave en la cerradura de su casa. Así estuvo largo rato hasta que pasó el sereno y le dijo sonriendo: ¡Pero señó Rafael, si está usted engañado!
¡Quieto! ¡quieto! que este mundo acá ha de quedar... y lo que le voy á dar no es un veneno... De aquí no sale sin haber hecho algún gasto al cura de la Segada... Porque, lo que es á terco, no me gana usted á mí, señorito. El cura se dirigió al decir esto á la puerta, dió la vuelta á la llave y se la guardó en el bolsillo.
PELAYO. No haré. Que ya me conoce el sueño. SANCHO. Yo saldré cuando del alba Pida albricias el lucero; Mas no me las pida a mí, Si me ha de quitar mi cielo. PELAYO. ¿Sabes qué pareceré Mientras estás allá dentro? Mula de doctor, que está Tascando a la puerta el freno. SANCHO. Llamemos. PELAYO. Apostaré Que está por el agujero De la llave Elvira atenta. SANCHO. Llego, y llamo. Sale NU
No hay que afligirse demasiado dijo Montiño , nacemos para morir y mi hermano era viejo. ¿Y durará mucho tu ausencia, Francisco? dijo Luisa. Mañana, á más tardar, estaré de vuelta. Saca mi loba de camino, Inesita; y mis botas, yo voy por mis pedreñales, siempre es bueno ir bien preparado. Y Montiño abrió una puerta con una llave que sacó de su bolsillo, y entró y cerró.
Palabra del Dia
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