Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 8 de mayo de 2025


Caminaba hacia una parte y otra del suelo, a la vez que se iba desprendiendo de la linterna, del sombrero y de la bolsa vieja; así es que sus zapatos herrados borraron las huellas que los pies de Dunstan habían dejado en la arena. En seguida bajó el trozo de cerdo cerca del fuego, y se sentó para proceder a la ocupación agradable de cuidar el asado y a la vez calentarse.

Al sentarse Quevedo se desembozó y dejó ver una línea de luz por un resquicio de su linterna. ¡Oh! ¡traéis linterna! dijo el joven. Nunca voy sin ella. ¿Me prometéis decirme el nombre de la dama, si os doy algo por lo que podáis venir en conocimiento? Os lo prometo dijo Quevedo. Pues bien, abrid la linterna y mirad.

Empezad, empezad, pues dijo el padre Aliaga , y sobre todo, sepamos á dónde me lleváis. A la calle de Don Pedro. Nos perderemos; está la noche muy obscura y nos hemos olvidado de tomar una linterna: esta calle está lejos. Volvamos al convento, y proveámonos de luz. No podemos perder un instante, señor; acaso ya no sea tiempo de impedir el crimen; es necesario ir de prisa.

Llegaron al piso bajo y estaban orientándose para llegar á la cocina, que tenía una puerta al patio, cuando del lado del vestíbulo, hacia la derecha, se oyeron unos pasos. Los fugitivos se detuvieron en un rincón y Mauricio miró en aquella dirección y murmuró: ¡Es Bobart! Herminia sintió un horrible temblor. El abogado avanzaba con una linterna en la mano y su inevitable escopeta en bandolera.

Después de algunos otros gritos descubrí al vigilante y le referí mi extraña aventura. Acercó a mi espalda su linterna sorda y exclamó: ¡Es indudable, señor; le han dado una puñalada! ¿Qué clase de hombre era? No lo pude ver bien ninguna vez fue mi torpe contestación. Se mantuvo siempre a buena distancia, y únicamente se aproximó en un punto demasiado obscuro para poder distinguir sus facciones.

Me importa poco. Podrá suceder... Me importa menos. Adiós dijo precipitadamente la condesa. ¿Por qué?... Suenan pasos, y se ven luces dijo la de Lemos . Si nos encontraran aquí juntos... Quevedo apagó la luz de la condesa de un soplo, y luego sopló su linterna. ¿Qué hacéis? dijo la condesa, que se sintió asida por la cintura y levantada en alto. Desvanecerme con vos á fin de que no nos vean.

A este tiempo le habían asido dos alguaciles, y el licenciado Sarmiento inundaba con la luz de su linterna el semblante de Montiño, que estaba lívido, descompuesto, desencajado; el triste temblaba, gemía, no podía tenerse de pie, y si no se caía era por los dos alguaciles. ¡Me van á matar! dijo con el acento de angustia más épico, más terrible que ha oído nunca un alcalde de casa y corte.

Gabriel creía estar a campo raso en una noche obscura, únicamente al ir de un lado a otro, con la linterna por delante, surgían de la sombra los contornos de la catedral, más grandes, más monstruosos. Las pilastras le salían al encuentro, agrandándose, subiendo hasta las bóvedas a impulsos del resplandor de la linterna. Los cuadros del embaldosado parecían danzar a cada movimiento de luz.

Por su parte, Silas volvió a su casa, sintiendo no haber encontrado a William para saber el motivo de su ausencia. Pero a eso de las seis de la mañana, cuando pensaba en ir a buscar a su amigo, llegó William, y el pastor junto con él. Iban a invitar a Marner para que fuera al Patio de la Linterna, a la asamblea de los miembros de la congregación.

Digo, pues, que viéndote una noche llevar la linterna con el buen cristiano Mahudes, te consideré contento y justa y santamente ocupado; y lleno de buena envidia quise seguir tus pasos, y con esta loable intención me puse delante de Mahudes, que luego me eligió para tu compañero y me trujo a este hospital. ¿Ves cuan larga ha sido mi plática? ¿Ves mis muchos y diversos sucesos? ¿Consideras mis caminos y mis amos tantos?

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando