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Actualizado: 31 de mayo de 2025


Teniendo el apoyo secular de la Fe, ¿a qué buscar el auxilio de la Razón para sostener sus tradiciones y justificar sus dogmas? Sintió Gabriel la misma fiebre de curiosidad que de niño le había obligado a encorvar su espalda ante los volúmenes encuadernados en pergamino de la biblioteca del Seminario.

La vio como nunca la había visto, libre de mantilla y de sombrero, al aire la cabellera luminosa, que parecía justificar su nombre romántico.

Algo había en todo aquello, que era preciso que él conociera para bien de los dos novios, para juntarlos de nuevo. ¡Mentira aquel aburrimiento! ¡Mentira aquella energía de moza bravucona con que se expresaba Mariquita al justificar su rompimiento con Rafael!

Y como si quisiera justificar sus palabras, dejó de sugestionar a la niña con su voz conqueridora y con su mirada magnética; la hizo llegarse a mirar los vestidos, y quiso hablar de ellos en conversación amistosa y festiva. Pero Carmen seguía extasiada ante una revelación luminosa que la poseía toda de extraña y honda felicidad.

La conciencia sabía sacar, no se sabe de dónde, mil sofisterías con que justificar todo plenamente. «Bastantes privaciones he tenido... ¿Pues acaso no merezco yo otra posición?... Se tendrá que acostumbrar a verme un poco más emancipada... Y al fin y al cabo, yo miro por el decoro de la familia...».

En esta materia no hay expresion menos conveniente que la que atribuye á Dios un sensorio; parece que le hace alma del mundo; y será difícil explicar el uso que hace Newton de esta palabra, en un sentido que le pueda justificar. Respuesta de Clarke. Se insiste aun sobre el uso de la palabra sensorium, aunque Newton le haya puesto un correctivo: nada tengo que añadir.

Punto es éste que podrá interesarte sabe Dios por qué y que podrá afectar mi reputación de hombre entendido; pero en nada altera el valor de mis consejos. No quiero ni puedo justificar mi inconsecuencia. Puedo y debo, con todo, mitigar un poco la rudeza de tu acusación, y lo haré al exponer las razones en que fundo mis consejos de ahora.

Le repugnaba vagar con Feli todas las tardes por los campos inmediatos a los Cuatro Caminos, acompañándola después a su barrio, cuando cerraba la noche. El Mosco, aunque no ponía gran atención en los actos de su hija, comenzaba a mostrar cierta extrañeza por la tardanza con que se presentaba de vuelta del taller, alegando ocupaciones extraordinarias para justificar su retraso.

Esto es lo que quería decir para justificar el género de esta obra, en la que no se encontrarán más que caracteres esbozados, hechos entrevistos, el cuadro defectuoso, en fin, de una obra más que mediocre, que no he tenido el tiempo, ni el talento, ni la fuerza de hacer mejor. Como es mi héroe, con todos sus errores y pasiones, el que habla, pido permiso al lector para hablar de él.

»No seas miserable ni áspero con Juan: te digo esto, porque te conozco; has amado á tus hermanos, pero has amado más al dinero; tus hermanos han sufrido resignadamente su pobreza, porque tus hermanos sabían bien que si te pedían socorros se los hubieras enviado, pero causándote una dolorosa herida cada doblón de que te hubieras desprendido; tus hermanos no han querido hacerte sufrir; perdona á uno de ellos, moribundo, el que te diga estas palabras y no veas en ellas una queja; únicamente justificar el consejo que voy á darte: generoso con Juan; franco: él es sumamente agradecido y leal, y tal persona puede llegar á ser, que si te haces amar de él, sea para ti su amor un tesoro; tienes además, hermano, un excelente corazón, pero eres receloso, desconfías de todo... y luego... tu avaricia... Juan es muy generoso y muy delicado.

Palabra del Dia

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