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Actualizado: 5 de junio de 2025


El general experimentaba impulsos de ternura, nunca sentidos, escuchando referir o presenciando y oyendo rasgos y respuestas del chico, que no pasaban de meras insolencias infantiles y que a él se le antojaban claros indicios de ideas sanas, principios severos y voluntad enérgica. Pepito era indudablemente a sus ojos un caso notabilísimo de atavismo. Los procedimientos de fuerza le encantaban.

Y él me contestó: «, y son personas de las principales de España, por lo cual he creído de mi deber entregarles la infeliz jovenzuela, desde tanto tiempo condenada a vivir fuera de su rango y entre personas de inferior condiciónMe quedé atónito; pero al punto comprendí que esto era invención de aquel inicuo tramposo, embaucador, y en mi cólera le dije las más atroces insolencias que han salido de estos labios. ¿No crees como yo que lo de entregarla a sus desconocidos padres es pura fábula de Lobo para ocultar así su crimen?

El grupo de enviados del gobierno avanzaba hacia el caído, y Flimnap lo increpó. Esto es una infamia. Ustedes me han dado palabra de que el Gentleman-Montaña no corría ningún peligro. Pero el más viejo repuso fríamente: El gobierno no puede dejarlo en libertad, para que se permita nuevas insolencias. Hemos cumplido las órdenes de nuestros superiores.

El jefe, señora comenzó a gimotear , el jefe, que las ha tomado de poco tiempo a esta parte conmigo.... En cuando digo cualquier cosa, suelta la carcajada o dice una porquería.... Y los demás claro, los demás, como me tienen ojeriza porque la señora me quiere, y por adular al jefe, se ríen también.... Porque le he dicho hoy que se lo diría a la señora, me ha llenado de insolencias y me ha echado de la cocina.

Sin motivo alguno, sólo por placer de herir lo mismo a que a mis compañeros, nos llenan a veces de insolencias. Cuanto más atentos nos mostramos con ellas, más se ensoberbecen. Yo pruebo el caldo y el chocolate todos los días y no he hallado hasta ahora lo que esa mujer le ha dicho. Las horas son siempre fijas. Jamás he visto retraso alguno en las comidas.

Y no hay vida de ningún murmurante que, si la consideras y escudriñas, no la halles llena de vicios y de insolencias. Y debajo de saber esto, filosofea ahora cuanto quisieres. BERGANZA. Seguro puedes estar, Cipión, de que más murmure, porque así lo tengo prosupuesto.

Y por último, habiendo sido mi provincia, durante dos siglos, fronteriza con el reino de Granada, ha debido tener y ha tenido para custodia y defensa de sus lugares fuertes, y para tomar el desquite de cualquier ataque, entrando en algarada por los dominios del alarbe, talando sus mieses y haciendo otras mil insolencias y diabluras, una población de hombres recios y valerosos,

Y si él no hubiera sido, la fatalidad se encargaría de buscar otro instrumento animado o inanimado para recordarme que este mundo es dolor, siempre dolor... Unos ojos que me miran agresivos, impudentes, una faz congestionada por el alcohol, una lengua estropajosa que me suelta algunas insolencias rayanas en la injuria.

Su fealdad sólo era igualada por la impavidez y el desdén compasivo con que miró a Mauricia. Sor Marcela traía en la mano derecha una gran llave, y apuntando con ella al esternón de la delincuente, hizo un castañeteo de lengua y no dijo más que esto: «Andando». Quitose la fiera con rápido movimiento su toca, sacudió las melenas y salió al corredor, echando por aquella boca insolencias terribles.

Las sesiones nocturnas en el fumadero, amoríos, golpes, el desafío de Río Janeiro, que por poco me cuesta un pie, millones en oro acuñado debajo de nuestras plantas, un cadáver de iluso echado al mar, quince noches pasadas junto a otro cadáver que también representa millones... ¡qué novela! ¡Y yo que he pasado en Madrid meses y meses de casa al café, del café a la redacción y de la redacción a otros sitios... sin que me ocurriese nada extraordinario!... El único remordimiento que siento después de tantos sucesos es el de mis insolencias involuntarias con la pobre doña Matutina y los sustos que he dado a su guardián. ¡Que ella me perdone! ¡Lástima no habernos conocido un poco antes, para que me hubiese dedicado un pequeño recuerdo en su testamento!...

Palabra del Dia

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