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Estás condenada á languidecer y á morir; de tu suelo no brotan ya sino la ambicion y el odio para prolongar el horrible dolor de tu agonía. Duerme, duerme, ciudad: duerme tranquila tu tranquilo sueño. Hescham no supo hacer mas que acelerar tu ruina. Tenía en todo el reino un solo hombre capaz de sostener su vacilante trono; y le entregó por meras sospechas de traicion al hacha del verdugo.

¡Ajá! ¡ajá! decía S. E. moviendo la cabeza: ¿con que esas tenemos? ¡Apunte usted ese nombre! Pero, mi General, dijo el alto empleado viendo que la cosa tomaba mal giro; hasta ahora nada de positivo se sabe contra esos jóvenes; su peticion es muy justa, y no tenemos ningun derecho para negársela fundándonos solo en meras conjeturas.

Si estos Filósofos en sus discursos hubieran tenido mira á todos los principios de la Física, y hubieran considerado todas las leyes de la naturaleza, refiriendo á ellas sus proposiciones, hubieran aprovechado mas con su talento para caminar á la certidumbre y la demostracion, habiendo ahora quedado sus discursos en los términos de meras opiniones.

Fácil es, en verdad, como se ha hecho hasta ahora, prescindir de esta falta de cohesión y enlace, y forjar, valiéndose de conjeturas y de hipótesis arbitrarias, y utilizando las indicaciones aisladas y parciales que existen, una cadena aparentemente aceptable de los acontecimientos más culminantes de su existencia; pero siempre será lo más seguro coordinar primero las diversas noticias de ésta, absteniéndonos de cimentar su clasificación cronológica en base tan instable como la de meras presunciones, excepto en el caso de que aparezca clara é indubitable de los datos que poseemos.

Extraño es dijo fray Domingo que afirme todo eso vuestra reverencia por meras conjeturas. No son meras conjeturas repuso fray Antonio. Aunque por mis pecados nunca he sido digno de tener revelaciones sobrenaturales, lo que es naturales las tengo con frecuencia, y tal es el caso de ahora. Aquí estamos solos y puedo hablar con libertad, confiando en el indispensable sigilo.

Al buscar por qué no suena la campanilla, para explicarme la razon de que se haya alterado el órden regular en mis apariencias, puedo pensar en varias causas, que por ahora consideraremos tambien como meras apariencias, ó fenómenos internos: puedo recibir las sensaciones siguientes: el cordon roto, el cordon enzarzado, la campanilla rota, la campanilla quitada, la campanilla sin badajuelo; á todas estas sensaciones puedo yo referir la falta del sonido; y el referirlo á ellas será lo mas irracional del mundo si las considero como simples hechos internos, pues como sensaciones en nada se parecen; y solo discurro racionalmente si á cada una de estas sensaciones le hago corresponder un objeto externo, bastante por solo á interrumpir la conexion del acto de tirar del cordon, con la vibracion del aire productora del sonido.

Véase Al-Makkarí, loc. cit. Por falta de noticias históricas no podemos hoy determinar si estos dos pórticos, de que habla solo Al-Makkarí, eran enteramente nuevos, ó meras modificaciones de la obra de Hixem que dejamos descrita: pág. 107. Entiéndase bien que esta decadencia solo puede llamarse tal comparada con el fervoroso celo de los sultanes predecesores.

Mi madre todavía era muy hermosa; nuestras camareras, y hasta nuestras meras criadas eran mas lindas que quantas mugeres pueden hallarse en el Africa toda; y yo era un embeleso, el epílogo de la beldad y la gracia, y era doncella; pero no lo fui mucho tiempo, que el arraez del barco me robó la flor que estaba destinada para el precioso príncipe de Masa-Carrara.

El primitivo pueblo como todos los playeros de aquella provincia, fueron blanco en el siglo pasado y principios del presente, de las crueldades y correrías meras, en cuyas empresas vencedores unas veces ó vencidos otras, siempre dejaban á su paso huellas de sangre é incendio.

Sabida es la escrupulosa y nímia atencion con que observan los musulmanes viviendo entre cristianos hasta las mas pequeñas prescripciones de su ritual, porque los sectarios de Mahoma son esclavos de su religion como de su gobierno: no hay creyente que antes de entrar en la mezquita á orar, ya sea en dia juma, ya en otro dia cualquiera, no haga en las fuentes del atrio sus purificaciones ó abluciones, con todos los requisitos prevenidos por la Ley y la Sunnah; ni hay quien se atreva á penetrar en el recinto sagrado sin dejar en el pórtico el calzado con que anduvo por las calles y plazas; ni quien una vez dentro de la casa de adoracion, no ocupe el parage asignado á su edad y sexo, no haga mirando á la kiblah las incurvaciones y postraciones á que estan obligados los fieles, y no siga en todas las oraciones y actos de su ceremonial al Imam con aquel órden, regularidad mímica y afectada compostura, propios de una religion de meras formas.