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No se renuncia porque los demás pueblos americanos no puedan prestarnos su ayuda; porque los Gobiernos no ven de lejos sino el brillo del poder organizado, y no distinguen en la obscuridad humilde y desamparada de las revoluciones los elementos grandes que están forcejeando para desenvolverse; porque la oposición pretendida liberal abjure de sus principios, imponga silencio a su conciencia, y por aplastar bajo su pie un insecto que importuna, huelle la noble planta a que ese insecto se apegaba.

De lo dicho se deduce, que la qüestion de las ideas innatas, que inutilmente se trata en las Lógicas de los modernos, es importuna, porque conociendo y distinguiéndose bien las potencias mentales de sus actos, y viendo atentamente cómo estas cosas se exercitan, se sabrá lo que es innato y no lo es, y tambien lo que puede ser provechoso averiguar en esta materia.

Señor, yo que de bienes en la cuna pude largos tesoros merecerte, tal vez para que así fuera más fuerte el golpe de perder tanta fortuna; no te pido, con súplica importuna, ni paz del alma, ni tranquila muerte, ni que el rigor endulces de mi suerte, ni de este pobre mundo dicha alguna.

En efecto, Golfín vio que el ciego, tocando el suelo con su palo, se dirigía hacia una puertecilla estrecha, cuyo marco eran tres gruesas vigas. El perro entró primero olfateando la negra cavidad. Siguole el ciego con la impavidez de quien vive en perpetuas tinieblas. Teodoro fue detrás, no sin experimentar cierta repugnancia instintiva hacia la importuna excursión bajo la tierra.

Han acordado que no quede alguna Muger, niño, ni viejo con la vida, Pues al fin la cruel hambre importuna Con mas fiero rigor es su homicida. Mas ves alli do asoma, hermano, una, Que como sabes, fue de querida Un tiempo, con estremo tal de amores, Qual es el que ella tiene de dolores. Sale una muger con una criatura en los brazos, y otra de la mano. O duro vivir molesto!

El hombre que se siente abrumado bajo el peso de un grave secreto, debe evitar especialmente la intimidad de su médico; porque si éste se hallare dotado de natural sagacidad y de cierto no qué, á manera de intuición; si no demuestra vanidad importuna, ni cualidades características desagradables; si tiene la facultad innata de establecer tal afinidad entre su inteligencia y la de su paciente, que éste llegue á hablar, con llaneza y por descuido, lo que se imagina haber pensado solamente; si tales revelaciones se reciben en silencio, con una simple mirada de simpatía, ó á lo más con una que otra palabra en que se á entender que todo se ha comprendido; y si á estas cualidades necesarias á un confidente se unieren las ventajas que presta la circunstancia de ser médico, entonces, en un momento inevitable, el alma del paciente se abrirá descubriendo á la luz del día sus más ocultos misterios.

El viajero sintió una cosa impropia de varón tan formal y respetable, sintió que le venían ganas de llorar; mas sofocando aquella emoción importuna, dijo: ¿Cómo me he de olvidar a Socartes?... Pues no faltaba más.... No me olvidaré de mis padres ni de ti, que me has ayudado a esto.... Adiós, Nelilla.... Siento pasos.

Como quiera, es preciso acostumbrarse á tener la atencion fuerte y flexible á un mismo tiempo, y procurar que la formacion de nuestros conceptos no se asemeje á la de los cuadros daguerreotipados, sino de los comunes; si el pintor es interrumpido, suspende sus tareas; y al volver á proseguirlas no encuentra malbaratada su obra; si un cuerpo le hace importuna sombra, en removiéndole, lo deja todo remediado .

Tambien á me agrada y satisface, Pues que lo quiere ansi nuestra fortuna; Mas vamos á la plaza adonde yace La hoguera á nuestras vidas importuna, Porque el que alli venciere, pueda luego Entregar el vencido al duro fuego. Bien dices, y camina, que se tarda El tiempo de morir como deseo, Ora me mate el hierro, ó el fuego me arda, Que gloria nuestra en qualquier muerte veo. Entrase.

Pensaba Leibnitz que nada hay ni puede haber sin razon suficiente; pero gracias al autor de la Doctrina de la ciencia, podremos poblar el mundo de los seres finitos ó infinitos que nos viniere en talante; y cuando se nos pregunte de dónde han salido diremos que se han puesto; y si se nos importuna preguntándonos por qué se han puesto, diremos porque existen; y si todavía se nos exige que digamos por qué existen, responderemos, porque se han puesto; de manera que pasaremos del poner al existir, y del existir al poner, sin peligro de vernos jamás confundidos.