Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de julio de 2025
Miró en su derredor, como si se sintiera presa de una gran congoja, como si se creyera perdida, como si se viera envuelta en una tromba voraz y absorbente. Luego me miró: sus ojos estaban iluminados por un fulgor de gozo, por una sonrisa burlona. ¡Ah! ¿Cree usted?... ¿Hasta usted cree que yo quiero morir?... ¿Cómo lo ha creído usted?... ¡Llévese esa arma!
El último resplandor se extinguió en la habitación y el balcón del que él no separaba la mirada se confundió con todos los demás en la obscuridad. Pero la casa, invisible para los demás, no lo era para el duque, y el balcón brillaba como un sol a sus ojos iluminados. Vio a Mantoux salir de la casa, huir a través de los campos con una carrera desesperada, sin volver la cabeza hacia atrás.
Había penetrado lo mismo que un reptil marino en ciertas cuevas de la costa, lagos adormecidos y glaciales iluminados por misteriosas aberturas, donde la atmósfera es negra y el agua diáfana, donde el nadador tiene el busto de ébano y las piernas de cristal. En el curso de estas nataciones comía todos los seres vivientes que encontraba pegados á las rocas ó moviendo antenas y brazos.
Al estrado tercero suben los valientes, a trescientos metros sobre la tierra y el mar, donde no se oye el ruido de la vida, y el aire, allá en la altura, parece que limpia y besa: abajo la ciudad se tiende, muda y desierta, como un mapa de relieve: veinte leguas de ríos que chispean, de valles iluminados, de montes de verde negruzco, se ven con el anteojo; sobre el estrado se levanta la campanilla, donde dos hombres, en su casa de cristal, estudian los animales del aire, la carrera de las estrellas, y el camino de los vientos.
Alzó los ojos al techo, cruzó las manos, su cara se puso muy encendida y sus ojos iluminados.
Tanto este altar, como la iglesia toda, estaban bien iluminados con candelabros, repartidos de trecho en trecho, y con dos lámparas rústicas, pendientes de la techumbre. A las doce, y al sonoro repique a vuelo de las campanas, y a los acentos melodiosos del órgano, el oficio se comenzó.
Cuando acababan los cantos, prorrumpía el público en aclamaciones de entusiasmo obsceno, y otra vez era glorificada la Macarena, la hermosa, la única, la que daba... disgustos a todas las Vírgenes; y el vino circulaba en vasos a los pies de la imagen, y los más vehementes le arrojaban el sombrero como si fuese una moza guapa; y no se sabía ya qué era lo cierto, si el fervor de iluminados con que cantaban a la Virgen o la orgía ambulante y pagana que acompañaba su tránsito por las calles.
Había comprendido aquella coincidencia extraña que le dio clara idea de su situación. Al entrar en la venta vio, iluminados por la rojiza llama del hogar y las amarillentas luces de un velón, los arrieros y mozos de muías que descansaban en torno de la lumbre, jugando con barajas abarquilladas y sebosas, apurando vasos de vino.
Eran ya las nueve cuando nos dirigiamos hácia la plaza de la Concordia, con el objeto de seguir la calle de Rívoli hasta la casa de la Ciudad ú hotel de Ville. Antes de penetrar en la calle, quisimos ver la perspectiva que presentaban los campos Elíseos iluminados, así como la plaza de la Concordia. ¡Espectáculo magnífico por cierto!
Castro quedó con los ojos vagos, como si soñase despierto. Vió en su imaginación los jardines de Villa-Sirena dulcemente iluminados, envueltos en un halo lácteo que se desplomaba sobre las invisibles olas lo mismo que un reflejo lunar.
Palabra del Dia
Otros Mirando