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Sabed que don Quijote de la Mancha, caballero andante, está aquí puesto para defender que a todas las hermosuras y cortesías del mundo exceden las que se encierran en las ninfas habitadoras destos prados y bosques, dejando a un lado a la señora de mi alma Dulcinea del Toboso. Por eso, el que fuere de parecer contrario, acuda, que aquí le espero.

Halló una tregua a las congojosas batallas de su alma en la madre soledad, que tanto había contribuido a la formación de su carácter, y en la contemplación de las hermosuras de la Naturaleza, que siempre le facilitaba extraordinariamente la comunicación de su pensamiento con la divinidad.

"Mis versos se cantan por las hermosuras del harén, mis apuntes de historia el Visir los lee; nadie puede afrentarme por mis acciones, y para mayor fortuna, los buenos me quieren y los malos me odian. ¡Oh, buen Alá! ¡Cuán bien hice de aplicarme al estudio y no imitar al imbécil Catur!

La mujer tiene allí formas varoniles, careciendo en lo general de esa suavidad, esa morbidez y gentileza que acompañan donde quiera, en mayor ó menor grado, al sér femenino. Las hermosuras que allí se encuentran son altivas y de una expresion rígida y resuelta.

Ostolaza dice de ti mil herejías; pero mamá se opone a que hablen mal de nadie delante de ella... Sin embargo, tienes en casa fama de ser un terrible conquistador de hermosuras. Más vale que no vayas allá. ¡Ah, pícaro!, ya que te gusta mi hermanita Presentación. Todos los días me pregunta por ti... Por mi parte si la quieres... yo que eres un hombre honrado. En efecto, me agrada.

Ella es poco interesante hasta Bonneville, capital que fué de la antigua provincia de Faucigny, con 1,500 habitantes. Es allí donde, cerca de las montañas de Môle y atravesando por un hermoso puente el Arve para remontar su márgen izquierda hasta Cluses, el viajero comienza á contemplar de cerca las hermosuras de los Alpes.

Hallábase el menguado autor como en éxtasis comtemplando en su mente estas hermosuras del arte y de la fe, cuando un ruido de pasos primero, la inusitada aparición de un hombre después, le trajeron bruscamente á la realidad, haciéndole fijar la vista en las cuartillas del artículo de fondo que olvidado yacía sobre la mesa. El sér que tenía delante era un monstruo, un vestiglo.

Pilar Gonzalvo era tolerada en las casas distinguidas de Madrid; ser tolerado es un matiz del trato social, y otro matiz ser admitido, como su hermano lo era: más allá del tolerar y del admitir queda aún otro matiz supremo, el festejar; pocos gozan del privilegio de que los festejen, reservado a las eminencias, que no se prodigan y se dejan ver únicamente de año en año, a los banqueros y magnates opulentos, que dan bailes, fiestas y misas del gallo con cena después, a las hermosuras durante un breve y deslumbrador período de plena florescencia, a los políticos que están en puerta como los naipes.

Marcha de triunfo tocan atabales, y añafiles, dulzainas y trompetas, y en la impaciencia de ostentar su triunfo rápidos cruzan la tendida vega, y por Elvira en la ciudad alegre en cerrado escuadron altivos entran, y del rey Ismail al par marchando, las hermosuras que Granada encierra; ven al hermoso Ataide y le codician al verle junto al Rey de tal manera, y Ataide, el desdichado, va llorando, la mente en Leila y en su madre puesta, y que es de gozo por su altivo triunfo, los que le miran, con envidia piensan.

¡Madre de Dios! exclamó la Nela, cruzando las manos . ¿Tendrá eso algo que ver con lo que yo siento? ¿Qué? Que estoy en el mundo para ser tu lazarillo, y que mis ojos no servirían para nada si no sirvieran para guiarte y decirte cómo son todas las hermosuras de la tierra.