Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de mayo de 2025
Era un antiguo criado nuestro que cuando la familia vino a menos dejó la casa y se dedicó al comercio. ¡Andrés! ¿Tú? ¡Qué grande está usted! No me hables así. ¡De tú! ¡De tú! El buen viejo, trémulo de emoción, arrasados en lágrimas los ojos, me echó los brazos. ¡Estás hecho un hombre! ¡Y qué buen mozo! ¡Si el amo viviera!... ¡Si tu mamá pudiera verte!... ¿Y mis tías?
Por nuestro cariño, hermano, déjame: no me hables más de esto. Esas malas doctrinas te han envenenado el alma: no sólo has dejado de creer en Dios, sino que tampoco crees ya en el honor. ¿Y qué es eso? dijo Gabriel, enardeciéndose . Tú mismo no lo sabes. «El honor es el honor.» Pues bien, los hijos son los hijos.
¡Bah!... ¡Bah!... No me hables de los hombres serios exclamó Melchor reaccionando sobre la nerviosidad con que habló de los médicos y sonriendo como si compadeciera a Lorenzo por su ingenuidad. Que también, para ti, los hombres serios son... unos...
Cierto que estás, amigo, muy donoso En pensar que tú muerto, quedaria Yo con tal quietud y tal reposo, Que de consuelo alguno serviria A la doliente madre y triste esposa: Pues en la tuya está la muerte mia, Seguirte tengo en la ocasion dudosa, Mira como ha de ser, Morandro, amigo, Y en el quedarme no me hables cosa.
Y no hables tanto, ahora; volverá a subirte la fiebre. En esto bajó Zoraida para pedir a Julio que hiciera compañía a la abuelita. Era preciso tranquilizarla de cualquier modo; ya resultaban inútiles los esfuerzos que ella y Eduardo hacían para darle a entender que no tenía gravedad el estado de Laura. A toda costa quería que la bajaran en una camilla.
No hables mal de Santa Irene de Campó, una villa ilustrada, donde se encuentran hoy muchas comodidades y una sociedad distinguida. También han llegado allá los adelantos de la civilización... de la civilización. Andando a mi lado juiciosamente puedes admirar la Naturaleza; yo también la admiro sin hacer cabriolas como los volatineros.
Romanos, ah Romanos, puede acaso Ser de vosotros esta voz oida? Puesto que mas la baxes, y hables paso, Qualquiera tu razon será entendida. Decid al General, que acerque el paso Al foso, porque viene dirigida A él una embaxada. Dila presto, Que yo soy Cipion. Escucha el resto.
Porque no quiero... No me hables de eso, abuela, te lo ruego. ¿Cómo quieres que haya encontrado a un joven que no he visto? Si tú... No, no, que no se me hable de matrimonio... Por el momento pertenezco a las solteronas... Abuela proseguí tiernamente, no puedes querer que me case con un caballero porque es moreno, porque va al rosario y porque está al lado de la señorita de Sarcicourt...
Las mujeres no entendemos de muchas cosas, pero yo creo que así debía arreglarse el mundo para que las gentes fuesen felices... Y si no puede ser así, que lo supriman al muy ladrón... No, no hables; no me irrites con tus palabrotas de sabio; no me hagas la contra, mira que estoy muy nerviosa. Di conmigo: «¡Muera el dinero!».
Pues el almuerzo de hoy era para abrírselo a cualquiera. Estoy malo. Lo que estará el señor será... Y se detuvo respetuosa. Di, mujer; ya sabes que te quiero y que siempre te he permitido que me hables con franqueza. ¡Al cabo de tantos años! Pues lo que estará el señor será enamorado, y le habrá dao más fuerte que otras veces. El silencio de don Juan fue una especie de afirmación.
Palabra del Dia
Otros Mirando