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Luego, Dantchari aseguró que sabía imitar la voz de tiple, y entre Bautista y él cantaron la canción que comienza diciendo: Marichu, ¿ñora zuaz eder galant ori? Bautista cantando de mozo y Dantchari de chica, dirigiéndose preguntas y respuestas de burlona ingenuidad, hicieron las delicias de la concurrencia.

La fraulein, de un rubio pajizo, regordeta, blanca y apretada de carnes, sonreía con ingenuidad, manteniéndose a distancia de la reja, a través de cuyos hierros manoteaban las fieras. Pero no por esto se decidía a huir, prefiriendo a los paseos superiores, abiertos al aire y la luz, la permanencia en este pasillo medio obscuro, donde recibía el homenaje tembloroso y exacerbado del deseo viril.

Salió de la casa el marqués de Moraima, montando inmediatamente en su caballo. Ahora mismo baja la niña. Las mujeres ya se sabe... tardan mucho en arreglarse. Y decía esto con la gravedad sentenciosa que daba a todas sus palabras, como si fuesen oráculos. Era un viejo alto y huesudo, con grandes patillas blancas, entre las cuales la boca y los ojos conservaban una ingenuidad infantil.

La ingenuidad de aquel americano resultaba discordante con las sutiles hipocresías de la sociedad en que vivía, y cuando hablaba, sin cuidarse de las protestas ni de las exclamaciones de las damas, se hubiera dicho que estaba tirando pistoletazos en una pajarera. Era tan rico, que en todas partes se le acogió con entusiasmo. El gran mundo parisiense no está ya cerrado como en otro tiempo.

Y con su ingenuidad de colegiala, describió entonces Currita, con todos sus pormenores, una picantísima caricatura de los esposos Thiers: una indecencia verdusca publicada en Burdeos y recogida al punto por la policía.

Parecía desdeñar compasivamente a sus dos primas, que se querellaban como chiquillas, entre rezo y rezo, y que refiriéndose a ella en casa de extraños, solían repetir censurándola, con ingenuidad sentenciosa: "Es una rara, una rara".

Y la atmósfera de pasión que ella respiraba en casa de las Aliaga, la abuela reaparecida en el claror de la luna, la dolorosa idea de su padre suicida por amor, todo seguía atrayendo sobre ella una impalpable influencia. Una especie de ingenuidad pura, algo como deseo sobrenatural, se infundía en Adriana por la idea de que su corazón se apasionaba.

Luego añadió con ingenuidad, como si quisiera desvanecer el gesto de escándalo y tristeza que se marcaba en el rostro del Nacional: Yo quiero mucho a Carmen, ¿te enteras? La quiero como siempre. Pero a la otra la quiero también. Es otra cosa... no como explicártelo. Otra cosa, ¡vaya! Y el banderillero no pudo sacar más de su entrevista con Gallardo.

El hecho de que los revolucionarios no retrocedieran ante el hierro y el fuego cuando tenían que trabajar en la consecución de su ideal, ¿había de hacer que se les creyera capaces de un delito común? ¿No había entre las dos cosas una enorme distancia, y los más feroces sectarios no suelen ser, en la vida privada, personas de escrupulosa honradez y buenos hasta la ingenuidad?

Le cogió por los hombros y le atrajo hacia , mientras decía: Muchacho, ¡ eres l'enfant terrible! ¡Qué ingenuidad! Pero ¿quién te ha dicho a ti?... Estos. Y puso Paco dos dedos sobre los ojos. ¿Qué has visto? No puede ser. Yo estoy seguro de no haber sido indiscreto. ¿Y ella? Ella... no estoy seguro de que sepa que me gusta. ¡Bah! Estoy seguro yo.... Y más; estoy seguro de que le gustas .