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Fué grande la sorpresa de los tertulios y unánime su sentimiento, porque Soledad, á pesar de su gravedad habitual y pocas palabras, era generalmente estimada. Todos mostraron vivo interés por conocer los pormenores del rompimiento y lo deploraron con amargura. ¡Vaya un lance feo! exclamó Paca. Por supuesto que las has de pagar todas juntas, Velázquez.

Valencia, ciudad pintoresca y animada, con una poblacion laboriosa y trabajadora, con su industria de seda tan avanzada, puerto de mar concurrido, mucho comercio, caminos de hierro á Játiva y al Grao, dos teatros públicos, muchas iglesias notables bajo el aspecto del arte, la campiña mas deliciosa que imaginarse puede, toda cultivada admirablemente palmo á palmo, con museo, casinos, sus periódicos, sus hermosas mujeres, su delicioso clima, su azulado cielo, su animacion habitual, y su poblacion de ciento cinco mil habitantes.

Gustavo Núñez se sentó en una butaca, encendió un cigarro y cruzando las piernas dijo con su habitual displicencia: Cuando era niño mi madre acostumbraba a leerme el Año cristiano antes de dormirme.

Al verme, dijo como si se tratara de la cosa más habitual: ¿Es usted... señor?... Buenas tardes... y cerrando el libro que puso sobre la silla al levantarse, se aproximó al borde del corredor, mientras yo bajaba del caballo, cuyas riendas puse en una horqueta formada por un gajo roto.

Todos están más locuaces que antes, y hasta el viejo labrador ha desarrugado su habitual entrecejo. El rapazuelo ronca tendido sobre un banco, y el estudiante habla en latín y asegura que si entonces pillara al mayorazgo, ¡ira de Dios!... La tía Simona canta por lo bajo: «Esta noche es Noche-Buena y mañana Navidad; está la Virgen de parto y á las doce parirá

Se había dejado la puerta del salón entreabierta y me fué inevitable oir estas palabras pronunciadas por el señor Laroque con el tono de bondad, aunque un poco irónico que le es habitual: ¡Vaya, vaya! no se puede comprender á Laubepin, que me anuncia un muchacho de cierta edad, muy sencillo, muy juicioso, ¡y que me envía un señor como éste!

Tragomer fué el primero que tomó la palabra y dijo con su habitual sangre fría: Mi querido Jacobo, tu sincera confesión tiene el mérito de no dejar duda alguna en nuestro espíritu. Adivino en la satisfacción de Marenval que la verdad le salta á los ojos como á . Perfectamente, apoyó Cipriano. Es claro como la luz del día.

Luego, en la tertulia habitual, así que todos los amigos se ponen a hablar de sus distritos respectivos, el hombre que carece de distrito es algo así como un paria. Los camareros mismos le sirven de cualquier manera. El limpiabotas no acude a sus requerimientos... La vida sin distrito ha llegado a parecerme ya una carga insoportable.

Me había levantado muy agitado. El señor Laubepin, que había dado algunos pasos por el gabinete, me tomó del brazo. Perdón, joven me dijo, pero yo amaba á su madre de usted, la he llorado; perdóneme... Después, volviéndose á colocar delante de la chimenea: Voy á continuar añadió con el tono solemne que le es habitual. Tuve el honor y la pena de redactar el contrato matrimonial de su señora madre.

Las buenas palabras del cura me repusieron tan pronto como las otras me habían desequilibrado. Encontré por milagro mi serenidad habitual y perdoné por completo a mis detractoras. En cuanto entré en casa corrí al cuarto de la abuela y le dije que estaba decidida a hacer lo que ella deseaba.