Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 22 de junio de 2025
Sólo un ser, aquel ser de amor podía haber ido a colgar allí esa corona: y las lágrimas comenzaron a inundar su rostro, incontenibles. Benefactora secreta, consoladora compasiva, se denunciaba en la inspiración de amor que la había guiado hasta aquella lápida; en el pensamiento amoroso que la había hecho tejer aquella guirnalda.
Eres la verde guirnalda De la cabaña pajiza, Que vas marchando de prisa Con el pasado á tu espalda Y á tu frente el porvenir. Donde huye la tribu errante Y clava el hombre su planta, Tu cabeza se levanta Cual la de inmenso gigante Que está diciendo: «hasta aquí.» Tú señalas las barreras Que dividen al desierto, Y oyes el vago concierto Que alzan las auras ligeras De la Pampa en el umbral.
A ti y a mi, un paisano de los Alpes, tus modestas virtudes, tu choza hospitalaria, tu valerosa paciencia, tu alma arrogante, libre y piadosa; tu respeto por ti mismo fundado sobre tu inocencia, tus dias llenos de salud, tus noches consagradas al sueno, tus trabajos ennoblecidos por el riesgo y sin embargo esentos del crimen, tu esperanza de una dichosa vejez y de una sepultura pacifica, en donde una cruz y una guirnalda de flores adornaran los cespedes, y a la cual serviran de epitafio los tiernos sentimientos de tus nietos: esto es lo que veo; y si miro dentro de mi mismo ... pero ya no es tiempo; mi alma estaba ya dolorida....
¡Pobre Pascualet!... ¡Infeliz Obispillo! Con su guirnalda extravagante y su cara pintada estaba hecho un mamarracho. Más ternura dolorosa inspiraba su cabecita pálida, con el verdor de la muerte, caída en la almohada de su madre, sin más adornos que sus cabellos rubios.
A los dos lados estaban dos enormes navajas de afeitar abiertas, que formaban dos pirámides; en el centro de estas había dos muelas colosales. En torno reinaba una guirnalda de rosas, semejantes a ruedas de remolachas, y de la guirnalda colgaba un monstruoso par de tijeras.
Solo puede dejarte mi cariño Esta guirnalda que á tu frente ciño Adornada con flores de amistad; Flores del alma que brotaron bellas Al calor de esos ojos que destellas Iluminando el alma en su mirar. ¡Adios!
Debe de estar en la cocina. Que suba inmediatamente. Entró en el boudoir, y yendo al espejo de cuerpo entero sostenido por dos pies derechos de madera dorada, se despojó del sombrero. Era el gabinete una pieza reducida, vestida toda ella de raso azul con cenefas de cartón-piedra imitando una guirnalda de flores.
En pos de sí marchó la caravana cual una estela inmensa y esplendente de todos los ensueños de mi frente y todos mis anhelos del mañana. Y fué la estrella que fulgió en mis cimas, la lírica cadencia de mis rimas, el encanto perenne de mis horas. Mi astro altivo tejióla una guirnalda, la hizo un trono y pidió para su espalda el bermellón de todas las auroras.
Id... su seno palpita... su ojo brilla, y el viento levanta su negra cabellera y deshoja su guirnalda de flores; después, murmuraréis a su oído: Amor mío... cuán dulce me será respirar esta noche a tu lado el perfume de los almendros... Y ella se lanza más vivamente aún, y su brazo os ha oprimido tan fuertemente que habéis sentido su corazón brincar bajo su mantilla.
En la mitad del testero que daba frente a la puerta del corredor, una esbelta columna de mármol negro sustentaba un aéreo busto de la Mignon de Goethe, en mármol blanco, a cuyos pies, en un gran vaso de porcelana de Tokio, de ramazones azules, Ana ponía siempre mazos de jazmines y de lirios. Una vez la traviesa Adela había colgado al cuello de Mignon una guirnalda de claveles encarnados.
Palabra del Dia
Otros Mirando