United States or Belarus ? Vote for the TOP Country of the Week !


Uníanse á estas desgracias otra mayor, que era la de haberse formado por el tiempo, ó poco antes, en el pueblo de Ayoayo, provincia de Sicasica, otro monstruoso caudillo de rebelion, mas cruel y sanguinario que todos los de su clase.

Ella ahogó su tribulación en el monstruoso refugio del aguardiente. Escenas de la mala vida, recuerdos de las horas bohemias, negras y desoladas, en que el hambre era absurdo funámbulo en nuestras cabezas y lobo en nuestras entrañas. Las tengo cariño, porque al cabo han sido ser de mi ser.

Sólo bajo este punto de vista se comprende la esencia de las comedias religiosas de Lope; pero á pesar de esto, son algunas tan singulares, se acercan tanto á lo monstruoso y arbitrario, que la crítica más indulgente admira en ellas tan sólo la osadía de algunos conceptos aislados, ó el poético brillo de algunas escenas.

Interesa además, e interesa principalmente la segunda parte del FAUSTO, porque el lector, acaso sin percatarse de ello, la convierte en una enorme poesía lírica, en una serie de ditirambos, en una obra, no épica y objetiva, sino subjetiva en grado sumo, donde ya no hay más héroe que Goethe; Goethe, disfrazado de Fausto, y empeñado en algo de monstruoso, descomunal e imposible.

Al hacer la oferta de su blanca mano, acompañándola de un suspirar tierno y de remilgos de vergüenza, con sus enormes labios que se dilataban hasta las orejas o se contraían formando un hocico monstruoso, Benina no pudo evitar una risilla de burla.

Era algo semejante al sacrilegio o al parentesco, que sazonan ciertas pasiones con el acre y atractivo perfume de lo prohibido y lo monstruoso.

Lo monstruoso y lo absurdo, así como la exageración y las pasiones más violentas y extrañas de los caracteres de todas sus obras, como su pintura de afectos y lo caprichoso y raro de sus invenciones, que constituyen su estilo dominante, lo diferencian mucho del sano juicio que, en las mejores obras de Rojas, refrenan sus licencias y disculpan sus defectos.

La más rara confusión de elementos heterogéneos; la unión más absurda y caprichosa de catástrofes trágicas y de cómica licencia, de paganismo y cristianismo; el concurso más singular de personajes; el enlace más monstruoso de lo completamente sandio y sin sentido con lo más ingenioso y divertido, se encuentra en El nuevo Pitágoras.

Y, durante dos mortales semanas, en las que Gertrudis permanece sentada a la cabecera del lecho, noche y día, vive torturado por las alucinaciones de su delirio, en el que sus dos hermanos, el muerto y el vivo, van a rondar alrededor de él, ora distintos ora confundidos en un sólo ser monstruoso, especie de espectro de dos cabezas. Tan pronto está casi restablecido hace preparar su carruaje.

Así estuvo jugando mucho tiempo, hasta que, harto de divertirse y embriagado por el triunfo, soltó de improviso y simultáneamente todas sus voces, que clamaron en el silencio de la iglesia con grito monstruoso e insufrible. El fabricante quedó asfixiado en aquel bramido diabólico y no volvió a aparecer. Reinaron algunos instantes de silencio, que fue turbado por cierto triste chirrido.