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Por mi parte os prometo media azumbre de vino los domingos, mientras estemos en poblado, dijo el otro. Es gascón y del añejo, agregó guiñando un ojo para dar más valor á su oferta. No, no puede ser, contestó el joven. Otro es mi destino y si he de llegar á él en sazón no puedo permitirme muchas paradas tan largas como ésta. Con Dios quedad.

Tenía como socio a Capistun el Americano, hombre inteligentísimo, ya de edad, a quien todo el mundo llamaba el americano, aunque se sabía que era gascón. Su mote procedía de haber vivido en América mucho tiempo. Bautista Urbide, antiguo panadero de la tahona de Archipe, formaba muchas veces parte de las expediciones.

Vamos, tranquilízate, «mon cher» le dijo el gascón. ¿Te han aterrorizado las ratas del sótano? En mi tiempo, los jóvenes eran más animosos. Cuando yo tenía quince años... Dejad vuestra historia para otro momento, vizconde, si os place. Ahora beberemos interrumpió con serena autoridad don Fernando. Tenéis razón, querido consuegro. Bebamos a la salud del último duque de Sandoval.

Sin embargo, no va del todo descaminado el capitán gascón, dijo tímidamente un arquero de torva mirada. ¡ has sido siempre un cobarde y un traidor, Marcos! rugió Simón enseñándole el puño. Haya paz, dijo el barón con voz tranquila. Los que prefieran servir al señor de Latour, libres son de seguirle. Los demás, conmigo á donde nos llaman el deber y el patriotismo.

Mientras se celebraba el consejo de guerra en Pamplona hallábase acampada la Guardia Blanca en las afueras de la ciudad, entre las compañías del jefe gascón La Nuit y del flamenco Ortingo, y allí se divertían tirando la espada, luchando cuerpo á cuerpo como antiguos gladiadores ó mostrando su habilidad en el manejo del arco, para lo cual les servían de blanco escudos colocados sobre las cercanas eminencias del terreno.

¡Si no bebes hasta la borra, insultas al rey de Francia, y yo, que soy su embajador, te castigaré como mereces! exclamó el gascón, requiriendo otra vez su espada... Más muerto que vivo, y todavía más borracho que muerto, Manuel se bebió «hasta la borra», dejando luego caer al suelo estrepitosamente la botella... ¡Bravo, bravísimo! aplaudió Guy.

Habla poco y su acentuación señala al gascón, por más que dice es alemán; come bien, y sobre todo bebe mejor. Completaban los comensales, una pálida, mestiza china, más difícil de bosquejar que el anterior. Al lado de la mestiza, observaba y comía el autor de estas líneas.

Costeando un arroyo que bajaba a unirse con la Nivelle y cruzando prados, llegaron a una borda, donde se detuvieron a cenar. Los tres hombres eran Martín Zalacaín, Capistun el gascón y Bautista Urbide. Llevaban una partida de uniformes y de capotes. El alijo iba consignado a Lesaca, en donde lo recogerían los carlistas.

El guerrero gascón acogió aquella alusión del príncipe con avinagrado gesto y no hizo mejor gracia á los caballeros gascones que rodeaban á Captal de Buch, pues les recordaba que la única vez que habían atacado á las tropas francesas sin el auxilio de Inglaterra les había tocado en suerte completa derrota.

Felizmente, don Fernando, todavía llevo la espada al cinto para pelear al Demonio si se atreve conmigo repuso gallardamente el gascón, desnudando su toledano estoque y acometiendo con él a un enemigo invisible... Cuando lo volvió a envainar, agregó, decidor: Pero es ridículo que no aprovechemos estas cortas vacaciones y que, mientras pudiéramos divertirnos, nos quedemos aburriéndonos aquí, con las solemnes caras de tontos que teníamos en los retratos... ¡Bebamos por mis pecados!