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Actualizado: 29 de junio de 2025
Es que yo sé hacerme respetar. Pues conmigo no tienes necesidad de eso. Cristeta sostenía el diálogo con dificultad: sus frases eran diversas de sus pensamientos y contrarias a sus deseos; semejaba un sofista ansioso de dejarse convencer.
A él ya no se parecería; pero a su padre, al procurador Reyes, sí; el gesto de pena, la mueca de los labios, el entrecejo... todo aquello era de su padre. ¡Ay! ¡Cómo se le metía por el alma, a borbotones, como lágrimas de ternura que en vez de salir entrasen, el amor de aquel hijo, de aquel ser débil, abandonado por los ángeles entre los hombres!, pero ya no amor abstracto, metafísico; amor sin frases, amor nada retórico.... amor inefable, pero que satisfacía la conciencia y daba sanción absoluta al juramento de constante y callado sacrificio.
Tenía sobre mí la ventaja de hablar castellano bien, y se valía de ella para humillarme. Es una idea estólida y mezquina, muy frecuente en España, creer que se demuestra superioridad burlándose de una persona ingenua con frases de doble sentido que dejan estupefacto al que ignora su significado. Don Matías demostraba así su superioridad.
Id a buscarlo en seguida, llamadlo en vuestro auxilio; él será vuestro protector. Cuando la viuda y la jovencita se vieron en el camino del castillo se pusieron a caminar a toda prisa; y volvieron a cambiar entrecortadas frases.
Donde la intendenta le llevó mucha ventaja fue en la mímica: Anita era una consumada actriz, mientras el tío Manolo se movía poco y con trabajo en la escena. El acto de Lucía comenzó igualmente muy bien: los coros, contra lo que se esperaba, estuvieron bastante acertados: Rivera dijo sus primeras frases de indignación con buen éxito: el concertante tampoco salió mal.
«Yo no voy a la escuela aunque me pegue mi señora abuela.» ¡Qué sobriedad tan encantadora! ¡Qué amable sencillez se advierte en esta y en otras frases que se encuentran esparcidas por una muchedumbre de poemas no bastante apreciados del público! Otras veces prefiere envolver sus vastas concepciones poéticas y metafísicas, en un misterioso simbolismo atestado de laberintos.
El joven, asombrado al oirlo, y creyendo que sus frases son proféticas, determina abandonar su casa y viajar por países lejanos, para no ver más á sus padres, y evitar la ocasión de cometer un delito horrible. En el acto segundo encontramos á Julián en las inmediaciones de Ferrara casado con Laurencia, á quien ha libertado de un ataque de salteadores, obteniendo en premio su mano.
No hagáis ostentación en vuestra novela prosiguió la marquesa de frases y palabras extranjeras de que no tenemos necesidad. Si no sabéis vuestra lengua, ahí está el diccionario. Bien dicho repitió Rafael ; no daremos cuartel a las esbeltas, a las notabilidades ni a los dandys; perversos intrusos, parásitos venenosos y peligrosos emisarios de la revolución.
No es posible censurar que los datos históricos se hayan revestido de un disfraz romántico, por estar esto de acuerdo con la práctica constante de todos los poetas españoles; pero es verdad que Calderón ha manejado la historia antigua harto arbitrariamente, desfigurándola sin motivo, debiendo extrañarnos aún más la frecuencia con que viste con frases huecas y pomposas la desnudez, mal encubierta, y lo indeciso de las formas, que han de representar á los héroes griegos y romanos.
Conservábanse en el archivo de la casa algunas de sus cartas: pliegos de papel amarillento con caracteres rojizos, desiguales y confusos, y un estilo que delataba las pocas letras del comendador. Expresábase con soldadesca tranquilidad, mezclando frases religiosas con las más impúdicas expresiones. En una de dichas cartas, que Jaime había leído, escribía alarmado a su hermano de Mallorca en vista de cierta enfermedad misteriosa que sufría éste; y por si era «mal de mujeres, le daba expertos consejos y mágicos remedios.
Palabra del Dia
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