United States or China ? Vote for the TOP Country of the Week !


Lázaro tosió; el auditorio tosió también. La primera palabra se hacía esperar mucho; por fin el orador tomó aliento, y desafiando aquel abismo de curiosidad que se abría ante él, comenzó á hablar. #La primera batalla#. Lázaro era un poco retórico en la augusta cátedra del club democrático de Zaragoza.

No es ni mucho menos exceso retórico el haberle llamado "monstruo de naturaleza"; estamos en presencia de una de las figuras más ricas en facultades naturales que produjo jamás la estirpe humana: a sus más altas cimas, por ejemplo, a un Goethe, tendríamos que ir para encontrarle pareja.

, señor, contestó con mucho reposo la mujer. Cuando usted guste, puede pasarse por mi casa, que mi marido le entregará la llave. ¿Qué retórico, por sábio que fuera, escribiria una alegoría más vigorosa, más bien expresada, más significativa, sin dejar de ser decorosa y honesta? Segunda curiosidad.

En vano yo replicaba a mi conciencia, recordándole la decrepitud del Mandarín y su gota incurable. Fecunda en argumentos, gustosa de controversia, ella me refutaba con furor: Aun cuando en su más pequeña actividad, la vida es un bien supremo; ¡porque el encanto de ella reside en su principio mismo y no en sus manifestaciones! Yo me revolvía contra este pedantismo retórico de rígido pedagogo.

Camilo percibe lo que hay en el pasaje, Eustaquio no; y sin embargo aquel discurre poco, apénas analiza, solo pronuncia algunas palabras entrecortadas, miéntras este diserta á fuer de buen retórico.

Bien sabía D. César que Sócrates no había escrito obra ninguna, pero se valía de este ardid retórico para expresar la influencia que los altos pensamientos del filósofo habían ejercido, justificando de paso los objetos que tenía en las manos. Traspuso D. Félix la puerta y no viendo á nadie subió la escalera sin llamar, como quien tiene derecho á ello.

En cuanto a García, aunque era un hombre enteramente retórico de los pies a la cabeza, miraba a su amigo desde el diván donde se había sentado con ojos alegres y triunfantes y los volvía a los parroquianos con ganas de decirles: «¿Ven ustedes qué ojo tiene para meter la bala en el blanco? Pues es tan certero para medir los sáficos adónicos

El retórico extendió su mano para atajarle y sin hacerle caso volvió a repetir con más énfasis: «Si el escritor insigne a quien Leporello moteja pudiera descender a responderle; si la pluma brillante que ha trazado los prodigiosos versos de Magdalena pudiera mancharse una sola vez, etcGarcía, trémulo y gritando como un energúmeno, concluyó al cabo la lectura del artículo.

Le perdonaba aquellos inocentes alardes de erotismo retórico porque conocía sus costumbres intachables y su corazón de oro. Eran muy buenos amigos, y Ripamilán el más decidido y entusiástico partidario de don Fermín en las luchas del cabildo.

A los pocos minutos recobraba su serenidad, el gesto grave que era frecuente en ella desde el principio de las hostilidades. Hablaba de su madre, siempre triste, esforzándose por ocultar su pena y animada por la esperanza de una carta del hijo; hablaba de la guerra, comentando las últimas acciones con arreglo al retórico optimismo de los partes oficiales.