United States or Hong Kong ? Vote for the TOP Country of the Week !


Digo, que acabo de llegar dijo Juan Montiño con cierta tiesura, excitado por el carácter repulsivo de su tío. ¿Pero de dónde acabáis de llegar?... De Navalcarnero. ¡Ah! ¿y quién os envía? Pudiera suceder muy bien que hubiera venido sólo por conocer al hermano menor de mi difunto padre; pero no he venido por eso; vengo porque me envía mi tío Pedro Martínez Montiño, el arcipreste.

Don Juan había ido allí vivamente excitado por el recuerdo de lo que había pasado entre Dorotea y él aquella mañana en la prisión. A pesar de su amor á doña Clara, Dorotea era un astro bellísimo, que poniéndose entre los dos esposos, producía un eclipse de amor. Don Juan no veía entonces más que á Dorotea. Se acercó á ella, y al verla de cerca, sintió una conmoción poderosa, tembló, se deslumbró.

Había bastante gente, todo cuanto una pequeña ciudad como Ormessón podía reunir de mundano, rico y elegante. Oliverio siguió andando siempre de prisa, distraída la mirada, tan absorbido y excitado por secreta impaciencia que se olvidaba de que me tenía a su lado.

Todos le juran por lo más sagrado que guardarán el secreto, y, por fin, el hombre empieza á contar la cosa con mucha obscuridad; excitado por los oyentes, se decide á ser claro, y les encaja tres ó cuatro bolas de tente-tieso, que los otros se tragan con avidez, desbandándose en seguida para ir á vomitarla en otros grupos: tan indigestos son esta clase de secretos.

Estaba excitado, su amor propio ofendido, y olvidando la prudencia, abordó la delicada cuestión de las dos industrias, sin estar preparado, a deshora.

En cuanto se levantó del asiento, le perdí el respeto que le había tenido mientras permaneciera sentado. En esta posición, y no mirándole a las piernas, lo infundía realmente por sus bigotes, por su corpulencia, y sobre todo por su extraordinario vozarrón, que atronaba los oídos. Mas en cuanto ponía los pies en el suelo, volvía a ser el enano ridículo que me había excitado la risa al entrar.

Pues sea de noche o de día, yo quiero hablar afirmó Pablo, inquieto en su lecho, sobre el cual reposaba vestido y muy excitado . Con una condición me callo, y es que no te vayas de mi lado y de tiempo en tiempo des una palmada en la cama, para saber yo que estás ahí. Bueno, así lo haré, y ahí va la primer fe de vida dijo Florentina, dando una palmada en la cama.

Mirábanse unos á otros con indecisión y extrañeza, hurgábanse las narices por hacer algo y acabaron todos por imitar á la madre, llorando sobre el arroz. Batiste, excitado por el coro de gemidos, se levantó furioso. Casi volcó la pequeña mesa con una de sus patadas, y se lanzó fuera de la barraca.

Pensé que era necesario volver antes de la noche, encerrarme de nuevo, y emprendí con más ahinco todavía el camino del río. Regresé; no estaba rendido, sino muy al contrario, más excitado por aquel vagabundear durante varias horas, al aire libre, a través de los caminos, respirando un ambiente tibio bajo la acción áspera y mordiente del sol de abril.