Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 19 de julio de 2025
Y cuando el príncipe asiente con un movimiento de cabeza, echa á andar precipitadamente. Luego, más lejos, casi empieza á correr cuesta arriba, jadeando y sin sentir el cansancio. Desea llegar á su casa pronto, y tiene miedo de llegar. Madó sólo le convence cuando está al alcance de sus gritos. Se estremece pensando que puede de nuevo ver visiones.
Haced que se apague esa voz con que nos llama el mundo, á nombre de la Providencia, y la Suiza no adorará el polvo de su Guillermo Tell, ni la Inglaterra nos hablará de Cromwel, ni la Francia pronunciará respetuosa el nombre querido de su Juana de Arcos, ni la libre y valiente España saludará entusiasta los manes sangrientos de un Padilla; los manes sangrientos tambien de una mujer que me estremece el alma; una mujer tan valerosa, tan cristiana, tan tierna y tan ferviente; una mujer tan noble y tan hermosa; una mujer que vale tanto como una nacion; Mariana Pineda.
Al primer aspecto, hay en este intacto monumento de tiempos casi fabulosos y de religiones primitivas, una potencia de verdad, una especie de presencia real, que sobrecoge el alma y la estremece. Algunos rayos de sol, penetrando en el follaje, filtraban por las junturas algo separadas, jugueteaban sobre el siniestro trozo y prestaban la gracia de un idilio á aquel bárbaro altar.
Antes al contrario, se emplean para conseguirlas todos los medios que la inteligencia despierta de los socios, encendida por el deseo, les sugiere. ¡Qué de intrigas espantables y tenebrosas! ¡Qué de crueles asechanzas! ¡Cuántas palabras pérfidas! ¡Cuántas sonrisas traidoras! El espíritu se estremece y los cabellos se erizan al acercarse a este hervidero de las pasiones humanas.
Su corazón de guerrero se estremece, un círculo de espuma se forma en torno de sus labios y se lanza al combate con los ojos inflamados, respirando exterminio. Entonces, bajo el imperio de su fuerza incontrastable, los jóvenes héroes de Lancia se replegaron dando fuertes gritos amenazadores. Los sables de los civiles comenzaron a sonar de plano en las espaldas de algunos.
El Céfiro, recordando los encantos de su esposa inmortal que llevaba el mismo nombre, cree verlos reproducidos y se estremece de gozo, tiembla en sus labios, acaricia con suavidad sus mejillas tersas, se introduce entre sus rizos negros y los agita blandamente sobre la frente. Al desembocar en el Campo de la Bolera, cuyo borde lame el riachuelo de Villoria, tiene un encuentro.
Y la razon, en tanto, aprisionada, luchando con la fiebre abrasadora de la ardiente ilusion, pugnaba en vano por disipar la nube embriagadora, cuya letal atmósfera aspiraba mi pulmon impaciente, y en él toda mi sangre envenenaba adormeciendo al corazon valiente... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ¿Dónde hallar la verdad?... Tal vez oculta la tiene el porvenir... ¿Y qué me ofrece? ¡Confusa mezcla de placer y espanto, que al sondear el alma se estremece!
Ni siquiera se estremece su ardiente seno iracundo al paso del fiero baguio que desvasta en un segundo, azotando en su locura la enorme esfera del mundo. Velado por blancas nubes yace en un frío mutismo; ningún rumor de amenaza se escapa de su hondo abismo ¿Está en vísperas y acaso se reconcentra en sí mismo y prepara en sus entrañas un horrendo cataclismo?
Palabra del Dia
Otros Mirando