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Actualizado: 25 de mayo de 2025
Unas encogidas, otras en marcha y aquéllas... ¿recuerdas, Emilio, la ráfaga criolla que nos envolvió?... ¡jugando a la taba! Sí; encorvada, una deliciosa estatuíta sigue con avidez los giros del pequeño hueso, mientras su partner espera paciente el turno.
Podeley se envolvió en el poncho, y recostado en la espalda de su compañero, sufrió con dos terribles horas de chucho, el contragolpe de aquel esfuerzo. Prosiguieron la fuga, siempre a la vista de la picada, y cuando la noche llegó, por fin, acamparon.
Adoraba al valeroso comendador: era su verdadero ascendiente, el mejor de todos, el rebelde, el demonio de la familia. Al entrar en la torre encendió luz, se envolvió en el jaique de burda lana que le servía para sus excursiones nocturnas, y tomando un libro quiso distraerse de sus pensamientos hasta que Pepet le subiera la cena. La tempestad pareció fijarse sobre la isla.
Feliciana acogió con agrado esta prudente resolución, y envolvió en su pañuelo la pequeña fortuna, apretándola entre ambas manos con un mohín de mujer hacendosa dispuesta a defender el dinero. Después avanzaron los dos cuesta abajo, en el infernal estrépito del Rastro.
Envolvió las cuartillas lentamente, las metió en el bolsillo y acercando la boca al oído de Tristán y haciendo una serie prodigiosa de muecas pronunció estas palabras memorables: Este artículo saldrá en el correo de esta noche, y pasado mañana o a todo más el sábado se publicará en El Clamor de Alicante. El sábado, pues, ya podrás caminar por la calle con la cabeza bien levantada.
Al punto lo advirtió Perucho, y echándoles repetidas veces el aliento, como había visto hacer a la vaca con sus recentales, los envolvió en mantillas y pañolón, y nuevamente llegó a sí a la criatura, meciéndola.
Llegado nuestro hombre al sagrario, abrió el recamarín, sacó la Custodia envolvió en su pañuelo la Hostia divina, dejándola sobre el altar y salió del templo por la misma claraboya que le había dado entrada. Sólo dos días después, en la mañana del sábado 25, cuando debía hacerse la renovación de la Forma, vino a descubrirse el robo.
Estaban jugando bajo un gigantesco grupo de castaños, saltando sobre un espeso tapiz de musgo aterciopelado, donde el sol y las sombras del ramaje formaban maravillosos arabescos. Al llegar el carruaje cerca de aquel sitio, mandó parar, bajó, y acercándose a los niños y conociéndolos, porque a su lado estaba la mujer del colono, los envolvió en una mirada indefinible.
El año 20 quisieron repetir el experimento: pero por lo visto no habían aprendido nada nuevo: no contaron nuestros hombres-globos con el aire del Norte, que los envolvió, pegó fuego a unos que cayeron miserablemente donde pudieron, y arrebató a otros a caer de golpe y porrazo en países remotos y extranjeros. Raro fue el que cayó suavemente. Pero adelanto positivo para la ciencia no hubo ninguno.
Sintió frío y pidió a Kate un ligero abrigo en que se envolvió pensativa siempre y silenciosa... Seguía aquella luz alumbrando en su alma, y a su reflejo parecióle contemplarse a sí misma por fuera de sí misma, como debía de contemplarla el desconocido Pedro Fernández, sentada en aquel pescante al lado de Jacobo... Instintivamente miró a este, y por primera vez en la vida parecióle lo que no le había parecido nunca: le pareció un cómplice.
Palabra del Dia
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