Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de julio de 2025


No había dinero en casa; debían en el horno y en la tienda, y el señor Tomás, un patrón retirado, dueño del pueblo por sus judiadas, les amenazaba continuamente si no entregaban algo de los cincuenta duros con intereses que les había prestado para la terminación de aquella barca tan esbelta y tan velera que consumió todos sus ahorros.

Se entregaban con verdadera furia al goce de esta fiesta extraordinaria, que era como un relámpago en su vida oscura y triste. Una de ellas, por una copa derramada sobre su falda, irguiose amenazando a otra con las uñas.

Los subsiguientes días, mientras se entregaban a los preparativos del viaje, recibió con frecuencia la visita del marqués, a quien puso en antecedentes acerca de la persona y familia de aquella que aceptaba por esposa, antecedentes que, como es natural, interesaban vivamente a Pedro, viendo la vizcondesa en la curiosidad de su amigo nueva garantía de su firme resolución, que, por otra parte, afianzaba suficientemente la empeñada palabra de caballero tan cumplido.

Entre tanto, los Franceses cantaban ó silbaban, hacían todo el ruido posible, mezclándose en los corrillos con una jovialidad especial y burlona; ó en los ratos de fastidio se entregaban á la lectura voluptuosa de novelas y relaciones de viajes, prefiriendo sobre todo las obras de Balzac. El Frances es el hombre del mundo que mas lee, sin contar con que es el que mas canta y rie.

¡Y pensar decía que nos enfurecíamos, como si el mundo fuese á deshacerse, porque alguien arrojaba una bomba contra un personaje! Estos exaltados ofrecían para él una cualidad que atenuaba sus crímenes. Morían víctimas de sus propios actos ó se entregaban sabiendo cuál iba á ser su castigo.

Los que poseía, siempre que salía a la calle a pie, se entregaban, mira a un lado, mira otro, a un trabajo abrumador superior a sus fuerzas. Pero con el tiempo, había ido adquiriendo alguna confianza. Valentina no salía apenas de casa. En romerías y bailes, después de su deshonra, no la había visto nadie.

Estas encallaban en los bajíos; aquéllas, por querer escapar velozmente, quebraban sus entenas; otras se entregaban sin combatir. El, para bien de su honra, se hallaba en el fuerte. ¡Contaba entonces los horrores del asedio, las enfermedades desconocidas, las heridas monstruosas, el hambre, la sed!

Pablo el ermitaño vive largo tiempo en una ermita solitaria, exclusivamente consagrado á la devoción y contemplación de la divinidad. La obra comienza con una escena realzada por la solemnidad y santidad de las fiestas del descanso, á que se entregaban los antiguos patriarcas. Pablo, después de orar, cae en un letargo, durante el cual sueña que va á ser condenado en el juicio final.

Paula reía también pasando y repasando sus manos por la cabeza de la criatura. Cuando haga falta un perulero para el aceite, ya sabéis dónde lo habéis de hallar prosiguió Concha. Disipada la lástima, adivinando que la chiquita había caído en desgracia, las criadas se entregaban a la alegría cambiando bromas sin gracia, pero que las hacían reír perdidamente.

Era peritísima y agilísima para ayudar a cualquier mujer en los más duros trances de Lucina, y muchas se confiaban y se entregaban a ella, porque jamás se le había desgraciado ninguna criatura, y porque la madre como no fuese muy enclenque, a los seis o siete días de salir de su cuidado estaba ya en pie, y a menudo iba a misa, y si se presentaba la ocasión bailaba el bolero.

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando