United States or Niue ? Vote for the TOP Country of the Week !


Que su provision de agua fresca no era bastante para llegar al Rio de la Plata, y que no estaba cierto de encontrar alguna mas á la boca del rio Sauces."

Registrando crónicas y archivos tuve la suerte de encontrar un precioso manuscrito de principios de siglo, obra del docto religioso Fr. Bartolomé Galán.

Alegres los indios de que aquel europeo aterrado del ánimo del apostólico Padre hubiese desamparado el país sin hacer presa en ellos, como les había amenazado, penetraron á lo más enmarañado del bosque, y Zuriquios, cacique de aquella Ranchería, le pidió que fuese á los Aruporés, que ellos le acompañarían: los hablaremos, dijo el cacique, y los entretendremos para que no se pierdan y anden descarnados por temor de los enemigos, y todos nosotros los Puraxís y Tubacís nos juntaremos con ellos para hacer un pueblo en que nos puedas doctrinar y dar el santo bautismo; porque de otra suerte nos esparciremos por estos bosques de tal manera, que ni ni otros nos puedan jamás encontrar.

La gran culebra triste y oscura no acababa de encontrar guarida y seguía arrastrándose silenciosamente entre las sombras del crepúsculo. Los pedazos del lagarto que Pedro había matado se reflejaban aún en su lomo tembloroso y plomizo. Cuando llegó la pareja al palacio era ya noche cerrada. Fragmentos de un diario.

Por más averiguaciones que hizo en los diversos campamentos salitreros y por más que escribió á los camaradas que tenía en otros puertos del Pacífico, no pudo encontrar un viajero que se propusiera volver al Norte de la Argentina siguiendo el desierto de Atacama.

¿Y no volveréis? No lo . El duque se puso aquel mismo día en camino. Como no hemos de volver á encontrar á Esperanza, diremos cuál fué su suerte. Esperó durante algún tiempo al duque de Osuna siéndole fiel. Pero como el duque no fué, acogió los amores de un par de Francia, no tan rico, ni tan joven, ni tan hermoso como su primer amante grande de España.

Toda esta inmensa y heterogénea turba se levanta por la mañana, entumecida y macilenta, y al sentir el ruido cercano de los coches que circulan por las calles opulentas, recuerda que es en medio de su bullicio donde puede encontrar las limosnas y los desperdicios de la sociedad, ó la fácil explotación del orgullo, de los vicios ó la credulidad de los que se tienen por dichosos.

Sin embargo, la misma fuerza de aquella emoción que estaba en peligro de encontrar demasiado violenta, reanimó todo el imperio que la joven tenía sobre . Me sentiría muy feliz al ver en cualquier persona un cambio favorable, señor Godfrey respondió con un cambio de tono apenas sensible ; pero más valdría, sin embargo, que ese cambio no fuera necesario.

El hidalgo bajó rápidamente los ojos y respondió apenas con leve inclinación: ¡Qué es esto, Santísima Virgen! se dijo el mancebo. Sintiose tentado de volver sobre sus pasos e interpelar derechamente a don Alonso. ¡Pero no!... Llegado a su casa, y ahondando cada vez más sus cavilaciones, creyó encontrar una nueva cifra. A la misteriosa calumnia agregábase quizá la noticia verdadera de su ruina.

Aunque Fabrice no abría jamás las que recibía su mujer, no era verosímil que el marqués escribiera a Beatriz sin tomar excepcionales precauciones, y fue así que al cabo de algunos días llamó la atención de Calvat el gran número de las que llegaban en esta forma: «Señora Jacques Fabrice; para entregar a la señora vizcondesa de Aymaret»; y estimularon tanto más sus sospechas, cuanto que la letra parecía evidentemente contrahecha: decidióse a abrir una, y encontróse con que, efectivamente, era toda del puño de Pierrepont: he aquí su contenido: «Querida Beatriz, , esta existencia de engaños y traiciones es indigna de nosotros y me complace que opines sobre este punto como yo... En tanto que esta situación se prolongue, nuestra dicha no será más que una vana ilusión, nuestro amor no será otra cosa que un continuo sufrimiento... ¿Y no hemos ya sufrido demasiado?... Cree firmemente que soy tan incapaz como de buscar frases hipócritas para engañar mi propia conciencia... Somos culpables, lo , pero, ¿qué crimen de amor pudo encontrar mayores excusas?... ¿Se cruzaron jamás entre dos corazones honrados y sinceros parecidas fatalidades?... , somos delincuentes, pero somos también al propio tiempo víctimas de la contraria suerte... Sería realmente vergonzoso y criminal perseverar en esta vía de abominable duplicidad... ¡Huyamos, pues!... ¡Te lo ruego, alma mía, dígnate consentir!... Confía en ... he tomado todas las medidas... Todo cuanto un hombre puede hacer, otro tanto haré yo para que tu destierro sea un destierro de encantos... ¡Te adoro!