Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 24 de junio de 2025
Unas veces era Roberto y otras Marta; sentía, hablaba, obraba por ellos, y en el silencio de mi dormitorio resonaba el murmullo apasionado de un amor ardiente, desdeñoso del mundo entero.
Durante algunos segundos permaneció de pie, inmóvil, anonadada, trémula. ¡Pero Dios mío! ¿Qué es esto? exclamó con la voz temblorosa . ¿Dónde está la reina? ¿Dónde está su majestad? Y saliendo de su inacción, se precipitó de nuevo en la recámara de la reina. Ni en ésta, ni en el dormitorio, ni el oratorio había nadie.
Mucho le daba qué pensar el singular estado en que su amiga se había puesto, y esperaba que le pasaría pronto, como otros toques semejantes aunque de diverso carácter. Largo tiempo estuvo desvelada, pensando en aquello y en otras cosas, y a eso de las doce, cuando en el dormitorio y en la casa toda reinaban el silencio y la paz, notó que Mauricia se levantaba.
¿Por qué? preguntó Clara . Yo le encuentro un chico muy bueno. Bueno sí; pero no tiene las piernas ligeras. Estuvieron algunos momentos aún asomados al balcón. Al cabo se retiraron a su dormitorio. Habían sonado las doce. Tristán estaba jovial, cariñoso, prodigando a su esposa mil respetuosas atenciones.
Y más tranquilo ya, examinó los retratos, alabando a algunos de aquellos señores, que, por sus grandes barbas de plata y sus frentes serenas, tenían, según él, caras de santo. Cuando Maltrana terminó de clavar unas perchas en el dormitorio y dio por definitivamente colocados todos los muebles, comenzaba a anochecer. Había que pensar en la cena y en la luz.
Unas leves canas en la barba y un ligero fruncimiento de la piel en las comisuras de los ojos revelaban la fatiga de una existencia que había marchado, según decía él, «a toda máquina». Pero aun así, le buscaban, y era el amor el que iba a sacarle de su angustiosa situación. Al acabar el arreglo de su persona, salió del dormitorio.
Pero estas reflexiones nos llevan como por la mano al Dormitorio del Emperador, ó sea á su cámara mortuoria. Es una pieza del mismo tamaño que las tres mencionadas, con otra enorme chimenea. Una alta reja le da luz por la parte de Levante, y tiene además tres puertas, de las cuales una da á la iglesia, otra al Recibo y otra á la galería.
La voz calló, los pasos se alejaron, rechinó la puerta, y luego todo volvió al silencio anterior. Instantáneamente la duquesa se lanzó fuera del dormitorio y de la recámara de la reina, entró en la cámara donde poco antes había estado hablando con el rey y corrió á una campanilla y la agitó con violencia. Entró una de las doncellas de la servidumbre.
Todo el tiempo que le dejan libre sus obligaciones religiosas, y algo más que ella se toma, lo pasa embebecida en el patio donde tenemos nuestro camposanto, y en la huerta cercana. Allí, como en nuestro dormitorio, la idea de su madre absorbe su espíritu. EVARISTA. Dígame otra cosa: ¿Se acuerda de Máximo? ¿Piensa en él?
En el cuarto de Ulises se veían cintas, madejas de hilo, un abanico viejo, depositados sobre papeles y libros, por el mismo reflujo misterioso que había arrastrado sus retratos del dormitorio de su madre al de su prima. El marino gustaba de quedarse en casa.
Palabra del Dia
Otros Mirando