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Actualizado: 11 de junio de 2025


Le he explicado a la directora que un joven interesado y codicioso la persigue por su fortuna, y que ese cobarde seductor tratará de verla o le aconsejará por medio de cartas o de intermediarios que se escape de la casa. Se me ha tranquilizado a ese respecto. Puesto que no repararemos en los gastos, se le dará una guardiana severa que estará junto con ella siempre, y dormirá en el mismo cuarto.

JESSY. Sautriot mostróse encantado. Fué a recomendarme a la señora Grattemimi, directora de las Locuras Medianas. ¡Esto debió costarle mucho...! TALMA. ¿Supone usted que esa dama le pediría dinero...? JESSY. ¡Déjeme continuar...! Esto debió costarle mucho trabajo, porque a él no le gustaba relacionarse con la gente de teatro.

Hoy el pobre armonium no acompañaba ya la voz de los chantres, ni los cánticos de los niños. La señorita Marbeau, la directora de correos, era algo música, y con mucho gusto habría ocupado el lugar de la señorita Hebert, pero no se atrevía, temía que la anotaran como clerical y verse denunciada por el alcalde, que era librepensador. Eso habría obstado quizá a su ascenso.

¿Y qué importa? yo me he guardado muy bien de amar. Pero... lo que yo quería está ya conseguido: eres toda una dama... , es verdad, soy directora de un colegio, y salgo todos los días a dar lecciones de lenguas. Pero y bien... este siglo no mira más que las apariencias: acepta un dote cuantioso; cierra el colegio... ¡Ah! ¡Es que quiere usted comprarme un marido!

En el primer instante, doña Andrea se sintió caer al suelo, y, sin palabras, se quedó mirando a la directora fijamente, como a una enemiga. De pensarlo no más, ya le pareció que le habían sacado el corazón del pecho. Balbuceó las gracias. La directora entendió que aceptaba. Leonor, doña Andrea, está destinada por su hermosura a llamar la atención de una manera extraordinaria.

Entonces se piensa con fruición hasta en las peripecias, en los horrores de un incendio repentino de la casa; en la enfermedad del profesor de Geografía, o en la prisión de la directora por mandato del Gobierno...; en fin, en todo lo que pueda ser causa de que se altere y descomponga, de cualquier modo, la máquina de aquel reló de piezas humanas.

Guillermina hablará con la otra y... Ahora, ahora comprenderá esa loquinaria la diferencia que hay entre obrar ella por cuenta propia y tenerme a por consejera y directora. ¿Apostamos a que ella, si el otro no le da un cuarto, se deja estar con su santa pachorra, sin atreverse a nada, tragando hiel y muriéndose de hambre?

Se la había trasladado en un coche, previo dictamen del facultativo, al colegio de que era directora doña Gregoria de... hija de confesión del padre Ambrosio. Me olvidaba decir que Mustafá había ingresado también en el colegio. Di orden a mi administrador general de que pagase a doña Gregoria mil reales mensuales por la pensión de Amparo, y aquel asunto quedó para enteramente concluido.

De nada más cuidaba doña Luz, no por desidia, sino porque, según decía D. Acisclo, se obstinaba en sostener que estaba como de huésped, y no quería meterse en camisón de once varas. Quien lo gobernaba todo, la verdadera directora y ama de llaves, era la Sra. Petra, de edad de cincuenta años muy cumplidos.

Esta bondadosa disposición de las ayudantes subió de punto cuando la directora, que no tenía hijos, y era aun una muy bella mujer, dio muestras de aficionarse tan especialmente a Leonor, que algunas tardes la dejaba a comer a su mesa, enviándola luego a doña Andrea con un afectuoso recado; y un domingo la sacó a pasear en su carruaje, complaciéndose visiblemente aquel día en responder con su mejor sonrisa a todos los saludos.

Palabra del Dia

trifulcas

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