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Actualizado: 24 de mayo de 2025


Se suponía que había inspirado pasiones frenéticas, tercas, profundas y duraderas, y que ella, o había permanecido insensible, o había cedido por un instante a una efímera simpatía, a una alucinación momentánea que antes de dominar su corazón se había desvanecido como sueño. Si había levantado algún ídolo en el altar de su mente, le había derrocado en seguida.

»Así vuelven a pasar ante su vista todas las escenas del pasado, cuyos recuerdos le hacen llorar y sonreír a un tiempo; por más que siempre acaba por llorar, porque la conclusión siempre es la misma: él recuerda sus gracias, su hermosura, sus encantos, y siempre ha de acabar pensando en que todos esos dones se han desvanecido al soplo de la muerte.

Callé, porque no quise hacer injuria a las mujeres de mi país; pero no me pareció descaminada del todo aquella idea. Isabel consiguió que Gloria fuese alguna vez a la tertulia de las de Anguita, hacia las cuales seguía mostrando antipatía. Imagino que vino en ello por el gusto de demostrar su triunfo a Joaquinita, pues aún no se le habían desvanecido los celos por completo.

De día, por lo menos, adonde quiera que volviese los ojos, veía algo que le hablaba de ella, y volvió a verla como tantas veces la había visto, bañada por los últimos reflejos del sol, contemplando inmóvil el mudo espectáculo de la puesta del sol; y contenía la respiración y el paso, como antes en presencia del cuerpo viviente, temeroso de verla desvanecerse, de perderla. ¡Y había desaparecido, se había desvanecido, la había perdido! ¡Cuántas veces le había oprimido el corazón ese sentimiento de pavor! ¿Era aquel un ser hecho para la vida terrenal? ¡Cuántas veces la había oído decir, hablando de lo futuro, de lo que debía hacer tal día: «¡ estaré todavía en el mundo!...» Y Vérod se detuvo sin poder ver nada más, los ojos cargados por el llanto, y su dolor era tan agudo e inefable, que casi se convertía en una mortal voluptuosidad.

Parece que aquellos parduscos espectros acaban de dejar sus losas funerarias, para ejecutar entre alguna escena de otras edades, cuyo único testigo viviente somos nosotros. Esto causa una especie de opresión. La poca vida que á nuestro alrededor se manifiesta en la única calle de la villa, presenta el mismo carácter de extrañeza y de arcaísmo fielmente conservado de un mundo desvanecido.

Debemos decir en justicia que nunca Beatriz, una vez consumada la ruina de su familia, había alimentado esperanza alguna de ver un día compartidos sus sentimientos con el marqués, y sancionados por el matrimonio, advirtiéndole su razón distintamente cómo Pierrepont estaba para siempre perdido para ella y que sólo a milagro pudiera deber el verlo su marido; pero en fin, en tanto que Pedro continuase soltero podía tal vez el Cielo operar el prodigio... y este blando ensueño le daba la vida... más ahora... ¡Oh, ahora!... La dulce quimera habíase para siempre desvanecido.

Un baccio, un baccio murmuraba ella gritando con voz baja, apasionada. Y entre los sueños de una voluptuosidad ciega y loca, la veía Bonifacio casi desvanecido; después no oyó ni sintió nada, porque cayó redondo, entre convulsiones.

Al llegar a la entrada de la ciudad, la cigarrera se volvió y midió a Borrén con despreciativa ojeada de pies a cabeza. ¿Se le ocurre a usted alguna cosa? preguntó él medio desvanecido aún, con ronquera que rayaba en afonía. Nada respondió ella bruscamente. Y después, fijando en los de Borrén sus ojuelos verdes : Don Enrique añadió , ¿sabe usted lo que venía pensando? Diga usted....

La vieja vaciló sobre las piernas, á pesar de que se había desvanecido instantáneamente la dulce turbación de su mansa embriaguez. ¡No verle más!... ¡no verle más! gemía. Luego resumió su desesperación en una frase: Me lo han matado por segunda vez. El público que iba á entrar en el cinema se agolpó en torno de esta mujer desfalleciente, próxima á caer al suelo.

Acabado este relato, se volvió hacia con una dulce compasión, y me dijo: « Carlos, henos aquí como dos viajeros del desierto que después de haber soñado en la patria, reanudan su largo camino a través de los arenales. Todo se ha desvanecido, pero tenga usted valor, Carlos, y esté seguro de que mi amistad le seguirá a todas partes

Palabra del Dia

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