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Actualizado: 21 de septiembre de 2025
La muerte sorprendió al personaje en Génova el 11 de diciembre, e ignórase al presente por qué mano fueron a parar entonces aquellos papeles a cierta logia de Milán, que los remitió más tarde a Víctor Manuel como armas preciosas que podían muy bien afianzar en España el trono siempre vacilante de su hijo, atando de pies y manos a ciertos políticos venales, modelo en todas las épocas de deslealtad y de imprudencia.
En un pequeño poema que ha escrito Alfonso sobre la consagración del rey, no decía una palabra del duque de Orleans, de quien no es partidario, porque tiene sobre este príncipe las prevenciones de su padre y de toda la familia de los Lamartine: encuentra algunos puntos oscuros e inconvenientes en la conducta de un príncipe de la familia real, cuyo padre cometió la fatalidad de condenar a muerte a su pariente y a su rey, al desgraciado Luis XVI, y que después de esto ha sido colmado de honores y perdonado por los Borbones, dando en lugar de un testimonio de agradecimiento, pruebas de deslealtad para halagar a sus partidarios.
La mísera engañada tiene noticia de su deslealtad, y acude corriendo á detener al culpable; pero llega tarde al puerto, en el momento en que el buque leva el áncora, y sólo oye á lo lejos las voces de su hijo que la ve y quiere volver con ella.
16 Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo labrado asentará la justicia. 17 Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de justicia, reposo y seguridad para siempre. 18 Y mi pueblo habitará en morada de paz: y en habitaciones seguras, y en refrigerios de reposo. 1 ¡Ay de ti, el que saqueas, y nunca fuiste saqueado; el que haces deslealtad, y que nadie la hizo contra ti!
Efectivamente, la poligamia con todos sus tristes adherentes, la deslealtad, la seduccion, el concubinato, el adulterio; la esclavitud con sus legítimas consecuencias, el envilecimiento del ser racional y las sediciones; el justiprecio de la sangre derramada por el homicida; y el talion por último con su horrible desigualdad retributiva, son las facciones características de ese Estado musulman que con un barnizado antifaz de prosperidades y placeres materiales se anuncia al mundo como émulo de la civilizacion de la cristiandad y su superior en el cultivo de la humana inteligencia.
Y si esto no le arredra, y sí no desiste de perseguirme y solicitarme, ¿quién es aquí el desleal y engañoso, vuecencia o yo? No hay de mi parte contestó don Andrés ni deslealtad ni engaño. El lazo reciente que a don Paco te une bien puede desatarse con la misma prontitud con que se ha atado. Ni a él ni a ti os conviene. A él y a ti os sirvo y os valgo interviniendo para que el lazo se rompa.
Ay, señor suspiró Catalina con una tristeza verdadera , ¿por qué me habéis arrancado esta revelación? No voy a ser capaz de mostrarme a los ojos de mi amiga después de semejante deslealtad. Pero no, os alarmáis sin motivo. Marta, por el contrario, debe estaros agradecida. Sin vos yo hubiera cometido una injusticia; mañana mismo habría recibido la orden de dejar Orsdael para siempre.
Don Marcelino Menéndez y Pelayo hubiera podido entonces decir sin rencor, hablando de América, en su obra titulada Ciencia española, que la ingratitud y la deslealtad son fruta propia de aquella tierra. El mismo Sr.
Miranda formó entonces el plan de estrechar á Monteverde: al intento, despues de haberse asegurado de la custodia de Puerto-Cabello, poniendo en esta plaza un oficial de toda confianza asi por su aptitud como por su valor y decision hácia la santa causa de la independencia, cubrió el punto de los Guayos con un fuerte destacamento que á los pocos dias, mientras él avanzaba en la línea de las operaciones proyectadas, fué batido y desbaratado el 8 de Mayo por la deslealtad de algunas compañias que se pasaron al enemigo.
¿Creéis que el mal, si le hay...? ¿Si le hay? Desde que murió el rey don Felipe, que aun antes de que le royesen el cuerpo los gusanos, se sintió roido por el dolor de dejar la monarquía más poderosa del mundo á un príncipe incapaz, no han pasado por España más que desdichas; la hacienda real, desde que vos subísteis á secretario de Estado, empezó á dar tales traspiés, que dejó muy pronto de ser hacienda; exhausta por los gastos más exorbitantes, escandalizado el reino de tanto desbarajuste, de tal despilfarro, empezó á murmurar, como quien conocía que de su cuero habían de salir las correas; vos, para acallar al reino, os ayudásteis de clérigos para que volviesen á vuestro provecho el púlpito y el confesonario; no era bastante la mentira en nombre del rey: se mintió en nombre de Dios, se pasó de la deslealtad al sacrilegio.
Palabra del Dia
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