Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 14 de junio de 2025


Déjate de esa versa y canturia fastidiosa prorrumpió encolerizado el Sultán y responde por lo natural y llano a mis preguntas, porque si no ¡vive el cielo! que te saque enredada en la punta de mi espada gran parte de tus dislates y locuras.

Déjate ahora de papelotes, papá; Pepe y Millán traerán noticias. Bueno, hija, bueno; pero al menos léeme los partes tomados de la Gaceta, aunque esa no dice nunca la verdad. Leocadia cogió el periódico y, aproximándose a la luz, leyó así: «MINISTERIO DE LA GUERRA. Extracto de los despachos telegráficos recibidos en este Ministerio hasta la madrugada de hoy: »Cataluña.

Atiende, María, mira que pedazo grande te has olvidado debajo de aquella silla. ¡Anda, anda! que si yo no hubiera reparado, ¡qué cataclismo! ¿verdad ? Vamos, Antonio, déjate de guasa y hazme el favor de recoger esos cristalillos que están á tu vera. Desprécialos, mujer: ya te llevas en el delantal los trabajos gordos... ¡Qué importa por esos disgustillos!

Palotearon los académicos, y don Cleofás se espeluzó tanto y cuanto, y el Fiscal, que era el Cojuelo, le dijo: No te sobresaltes , don Cleofás, y déjate prender, no nos perdamos en esta ocasión; que yo te sacaré a paz y a salvo de todo .

Déjate de cumplimientos entre nosotros; ya sabes que yo soy franco y castellano viejo: el pan, pan, el vino, vino; por consiguiente, exijo de ti que no vayas a dármelos, pero estás convidado. ¿A qué? A comer conmigo. No es posible. No hay remedio. No puedo insisto temblando. ¿No puedes? ¡Gracias! ¿Gracias? ¡Vete a paseo! Amigo, como no soy el duque de F... ni el conde de P...

Nunca me había imaginado esto, pero, ha sucedido y debemos remediarlo con algo más positivo que con lamentaciones y amenazas: déjate de tiros y de Penitenciaría. ¡Qué horror! ¡Había de permitir la Virgen de Luján que fueras tratado como un criminal empedernido!

Era tan insolente el tal, que después de ser día claro se paseaba por la celda muy tranquilo y miraba a Sor Marcela con sus ojuelos negros y pillines. «Verás, verás dijo esta subiéndose con gran trabajo a la cama, porque la idea de que el ratón se acercase a uno de sus pies, aunque fuera el de palo, causábale terror , lo que es hoy no te escapas... déjate estar, que ya te compondremos».

BEAUVALLON. ¡Desgraciada...! ¡El enamorado de esa dama, el enamorado para quien ella quiere rejuvenecer... soy yo...! LA CHOUTE. ¡Imposible...! BEAUVALLON. ¡Y yo estaba loco por esa mujer...! ¡Después de lo que , no la veré más...! LA CHOUTE. ¡Quia, amigo mío...! ¡Déjate de historias...! ¡No vas a quitarme una cliente de treinta mil francos...!

Cuéntame cuántos hijos tienes... ¡Porque debes tener muchos hijos! ¡Papá! protestaba Chicha, que siempre andaba cerca, temiendo las malas enseñanzas del abuelo. ¡Déjate de moler! gritaba éste, irritado . Yo lo que me digo. La paternidad figuraba inevitablemente en todas sus fantasías amorosas. Estaba casi ciego, y el agonizar de sus ojos iba acompañado de un creciente desarreglo mental.

Cuando Maxi volvió a la alcoba, ya principiaba a apuntar el día. «Si no te cojo hoy, te cojo mañana rezongaba . No hay nada; pero yo sentí pasos, yo sentí cuchicheos; saliste de aquí... Has vuelto a entrar y estás ahí haciéndote la dormida para engañarme... Déjate estar... Yo estoy con mucho ojo, y aunque parezca que no veo nada, lo veo todo... A buena parte vienes... Que andaba un hombre por los pasillos, no tiene duda.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando