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Actualizado: 30 de abril de 2025
¡Elisa, no insistas, te ruego! ¡Bueno! ¡está bien! replicó aquélla con vivacidad , ¡antes eras más franca conmigo!... ¡adiós, hija! Y se dirigió rápidamente a la puerta. ¿No me das un beso?... le preguntó la pobre Beatriz. ¡Siempre! ¡no uno, mil! replicó tiernamente la vizcondesa saltando al cuello de su amiga.
Dime una cosa... ¿Te has fijado en determinada mujer? le preguntó su amiga mirándola de hito en hito. No sé; esta noche se me ocurrió si será Sofía la Ferrolana, o la Peri, o Antonia, esa que estaba con Villalonga. Es natural, piensas en las que conoces. ¿Qué me das, querida mía, si te lo averiguo?
=A que no le das tu cama=, I bet that you won't give him your bed. The "a" in this sentence is used elliptically, being dependent on the verb apostar, to bet or wager. Therefore the sentence in full would read "Apuesto a que no le das tu cama." =Si no quepe en ella=, why he can't get in it. En el vasto salón del Prado aún no había gente. Era temprano; las cinco y media nada más.
Pues, señor, nos poníamos los tres al anochecer de los domingos del verano, después de nuestra partida de jito, á la puerta del balcón, y dale que le das á los instrumentos, llegábamos á reunir en la calle una romería.
Si yo como la torta al pie del lar, tú la comes también, porque no te mantienes del aire, y si tú das garrotazos en las romerías, garrotazos sacudo yo cuando se tercia. Vete solo si quieres, que no será Quino de Entralgo quien te lo estorbe. Iba á contestar Nolo con otras pesadas palabras; pero el intrépido Celso de Canzana, temiendo que la disputa llegase á pelea, se apresuró á intervenir.
Por dicho de eso, yo tampoco, Ogenio; y si das los veintiocho, tuya es la pareja. Grandes murmullos en el grupo; anímase el tío Juan, y exclama, imponiendo silencio á los circunstantes: Ni los veintisiete ni los veintiocho, que han de ser los veintisiete y medio, y se pagará la robla además. Corriente dice Ogenio.
«¿Qué tal? dijo doña Lupe . ¿Hay sueño? Son las once». Ha venido usted a turbar nuestra felicidad replicó Maxi sentado, y moviendo las piernas en el aire . Mi elegida y yo deseamos estar solos, enteramente solos. Los misterios inefables que a ella y a mí... ¿Pero qué volteretas son esas que das? Pareces un saltimbanquis.
Si, lo es, si rompes el matrimonio. En efecto, es verdad. La señorita Guichard creyó necesario dejar esta esperanza á su cómplice. "Me servirá mejor, pensó, si trabaja para sí mismo al mismo tiempo que para mi." ¿Y qué instrucciones me das? preguntó Bobart. Vigila atentamente á Roussel cuando venga y trata de saber lo que prepara. Pero sé prudente.
Sin duda me crees brujo, ¿no es verdad? porque tú guardas como un tesoro las llaves de este camarín, donde escondes todos tus secretos en los secretos de esos secreteres, y sabes que nadie puede entrar aquí si no le das tú las llaves de esas tres puertas; y esas tres llaves no se separan de ti desde hace trece años: desde que eres favorito del rey más desfavorecido de ingenio que ha criado Dios para ejemplo de reyes imbéciles y torpes.
Cuando dices que me amas, cuando recuerdas que eres amado, eres dichoso, y entonces amas la vida. ¿No te sientes feliz cuando haces algo bueno, cuando socorres a un necesitado, cuando enjugas una lágrima o das una palabra de consuelo? Pues yo sí, y tú también, tú también, porque eres bueno. Por eso te quiero, por eso te amo. «La última parte de tu cartita me dejó muy contenta de tí.
Palabra del Dia
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