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Actualizado: 31 de mayo de 2025
Agregando á los tres instrumentos, aguja, cuadrante y ballestilla, la ampolleta ó reloj de arena de media hora, se completa la colección de que dispusieron los descubridores del Continente nuevo y aun de los primeros que rodearon el mundo, dándonos á conocer la verdadera figura de la tierra, tan satisfechos de los resultados, como de los medios.
»Cerca de mediodía podría ser cuando nos echaron en la barca, dándonos dos barriles de agua y algún bizcocho; y el capitán, movido no sé de qué misericordia, al embarcarse la hermosísima Zoraida, le dio hasta cuarenta escudos de oro, y no consintió que le quitasen sus soldados estos mesmos vestidos que ahora tiene puestos.
Digo, pues, que yo me hallaba bien con el oficio de guardar ganado, por parecerme que comía el pan de mi sudor y trabajo, y que la ociosidad, raíz y madre de todos los vicios, no tenía que ver conmigo, a causa que si los días holgaba, las noches no dormía, dándonos asaltos a menudo y tocándonos a arma los lobos; y apenas me habían dicho los pastores: "¡Al lobo, Barcino!", cuando acudía, primero que los otros perros, a la parte que me señalaban que estaba el lobo; corría los valles, escudriñaba los montes, desentrañaba las selvas, saltaba barrancos, cruzaba caminos, y a la mañana volvía al hato, sin haber hallado lobo ni rastro dél, anhelando, cansado, hecho pedazos y los pies abiertos de los garranchos, y hallaba en el hato, o ya una oveja muerta, o un carnero degollado y medio comido del lobo.
Aguilar y Cano, de quien hemos copiado los anteriores datos, nos facilita otros muy interesantes, que íntimamente se relacionan con el objeto que nos hemos propuesto en este artículo, dándonos á conocer el Catálogo de la pinacoteca que perteneció al Sr. marqués de Armuña, notable coleccionista de cuadros, vecino de la misma ciudad de Estepa, en que figuraban además de muchos asuntos religiosos, otros también numerosos de vistas de ciudades, paisajes, retratos, cacerías, bodegones, etc., cuya simple enumeración da á conocer el subido interés artístico de aquella galería, que juntamente con la de D. Adán, reuniéronse en D. Francisco Cecilio Centurión y Córdoba hijo y sucesor de D. Adan y nieto del de Armuña; la cual es probable pare hoy en poder del descendiente de aquel, Excmo.
La aurora son las Cortes que con sabios vocales remediarán los males dándonos libertad. El músico había sido tan inhábil al componer el discurso musical, y tan poco conocía el arte de las cadencias, que los cantantes se veían obligados a repetir cuatro veces <i>que con sabios, que con sabios</i>, etc. Pero esto no quita su mérito a la inocente y espontánea alegría popular.
El vino quizás; y con todo, salvo el vino de Jerez, los demás vinos españoles suelen ir a Francia, les echan un poco de zumo de moras, de alumbre y de raíz de lirio, y nos le vuelven a vender, dándonos una sola botella en el precio que recibimos por una o dos o tres arrobas.
Los rústicos, que entonces no pagaban contribuciones e impuestos, servían a su rey, y salvaban la propia alma dándonos la mejor gavilla de cada diez, con lo cual los graneros de la Iglesia Primada eran insuficientes para contener tanta abundancia. ¡Qué tiempos aquéllos! Había fe, Gabriel, y la fe es lo principal en la vida. Sin fe no hay virtud, ni decencia... ni nada.
Desde que empezó la funesta guerra de Cuba hasta el día de hoy, en medio de los enormes disgustos y cuidados que nos afligen, algo hay que celebrar, sirviéndonos de consuelo y dándonos esperanza de un éxito dichoso.
Jugar para vivir jugando; para dar á un juego nuestra vida; para desplumarnos dándonos las manos y sonriéndonos; para hacer en un dia una fortuna injustificada, á costa del prójimo insensato; jugar para que tantos comerciantes dignos y honrados se quemen el cerebro con una pistola, eso no. Podrán contestarme lo que quieran; yo no llevo la contra á nadie; á nadie desmiento; pero digo que no.
Se nos formó en columnas, dándonos orden de cargar, y el regimiento se puso rápidamente al galope. Parecía que la misma tierra, sacudiéndose bajo las herraduras de nuestros caballos, hacia adelante nos lanzaba. A aquellos primeros pasos tras un ideal de gloria acompañaron voces de guerra mezcladas con piadosas invocaciones. ¡Madre nuestra, santa Virgen de Araceli, ven con nosotros!
Palabra del Dia
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