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Después era Aurora sola la que cometía el nefando crimen, penetrando de puntillas en la alcoba, dándole a oler un maldecido pañuelo empapado en menjurje de la botica, y dejándola como dormida, sin movimiento, pero con aptitud de apreciar lo que pasaba. Aurora cogía al chiquillo y se lo llevaba, sin que su madre pudiera impedirlo, ni siquiera gritar. Despertó acongojadísima.

Previno S.E. igualmente al coronel D. Joaquin, le informase, qué tiempo le parecia el mas, á propósito para la salida, á efecto de adelantar las órdenes correspondientes al mas breve apronto de las provisiones de boca y guerra, y de todos los útiles que comprendiese necesitarse, como el de los agasajos que mas apetézcan los naturales del tránsito, dándole razon de unos y otros.

Amigo mío decía el anciano Villemaurin a su cliente, dándole palmaditas sobre el hombro, nuestra situación es excelente, toda vez que tenemos de nuestra parte el derecho. ¡El resto, Dios lo hará! El resultado no es dudoso: poseéis un corazón animoso, y una mano firme y rápida.

Ya llegamos dijo Robledo alegremente . Dos días y dos noches de ferrocarril desde Buenos Aires y un par de horas de coche á través de una tempestad de polvo, no es mucho. Más lejos está el fin del mundo. Varios hombres de los que habían saludado á Robledo dándole la mano empezaron á descargar espontáneamente las maletas amontonadas en el techo y el interior de la diligencia.

No pudo distinguir bien la figura del desconocido, que abrió y cerró la puerta con extraordinaria precipitación; pero le pareció que aquel hombre era don Juan. «¡Dios mío!», murmuró la enamorada muchacha; y dándole un vuelco el corazón, quedó parada, sintiendo que comenzaban a temblarle las piernas.

No robar, no ajumarse, no decir mentiras; pero en el querer, ¡aire, aire!, y caiga el que caiga. Siempre y cuando lo hagas así, tu miajita de cielo no te la quita nadie». Algo iba a contestarle su amiga; pero no pudo porque entró doña Lupe dándole prisa para marcharse. Era un poco tarde y tenían que ir a otra parte antes de regresar a casa.

Juntáronse esta mañana en la tienda del Capitán Zapata, que estaba en la cama herido de una flecha, y acordóse entre los que allí se hallaban de escribir una carta á D. Alvaro dándole á entender cómo su ida había alborotado toda la gente; que viniese á dar orden de lo que había de hacer; donde no, que ellos harían lo que viesen que cumplía.

Por complacer á su padre había hecho el relato ante el senador, ante Argensola y Tchernoff en su estudio, ante otros amigos de la familia que habían venido á verle... No podía más. Y era el padre el que acometía la narración por su propia cuenta, dándole el relieve y los detalles de un hecho visto con sus propios ojos.

Al poner tu descalzo pie en el rústico altar del pobre, parece que las lóbregas estancias se llenan de celeste luz. Rosadas nubes te circundan, y de tus azucenas se desprenden finísimos aromas que embelesan el alma, dándole á conocer el puro ambiente que en la mansión de los justos se respira.

Nunca se imprimieron reunidas, en vida del autor, sus composiciones; pero casi todas ellas corrían manuscritas por Sevilla, dándole no escaso renombre y haciendo que algunos de sus coetáneos les prodigasen elogios, que ciertamente pecaban de una marcada exageración.