Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 1 de junio de 2025
Díjole Severiana que Guillermina había estado antes y echado un largo parlamento con el endivido, quien tenía al chico montado en el hombro, ensayándose sin duda para hacer el San Cristóbal. Lo único que sacó Jacinta en limpio de la excursión de aquel día fue un nuevo testimonio de la popularidad que empezaba a alcanzar en aquellas casas.
A ver, señores, ¿quién me hace oreja? decía don Cristóbal con gestos de padre . Que traigan pan y vino para todos... Homerito, acércate y mete la uña. A tu edad siempre hay apetito, y tú debes andar algo atrasado.
Pues yo digo contestó con una serenidad irritante Cristóbal Cuero , que es lástima que su majestad no haya comido. ¡Cómo! ¡monstruo! ¡cuando debías dar gracias á Dios de que tu crimen no haya producido todo el terrible resultado que esperabas, infame, deploras que ese gran crimen se haya frustrado! Señor Francisco dijo con una gran serenidad el paje , os han informado mal.
11 La silla de San Pedro, de D. Antonio Martínez. 12 La más constante mujer, burlesca, de Juan Maldonado, Diego La Dueña y Jerónimo de Cifuentes. 1 La dama corregidor, de D. Sebastián Villaviciosa y D. Juan de Zavaleta. 2 La Estrella de Monserrate, de D. Cristóbal de Morales. 3 Amor y obligación, de D. Agustín Moreto. 4 Vengado antes que ofendido, de D. Jerónimo de Cifuentes.
Cristóbal Santiago Ortiz, Valdés, Sánchez, Pedro Cebrián, Melchor de León, Porras, Santander, Miguel Ramírez, Cristóbal, Cintor, Jerónimo López, Juana de Villalba, Micaela de Luján, Ana Muñoz, Jerónima de Burgos, Polonia Pérez, María de los Angeles y María de Morales.
Cerca de la ciudad, y á su vista por la parte del mediodia, reflejaba sus muros en la corriente del Bétis la iglesia y monasterio de S. Cristóbal, donde se educó S. Habencio, y donde fueron sepultados varios otros mártires. En Froniano, lugar de la montaña por la parte de occidente, á tres leguas ó doce millas de la ciudad, tenia iglesia y monasterio S. Félix mártir.
Decid al sargento mayor don Juan de Guzmán, pero no digáis á mi amante exclamó con altanería Luisa ; sobre todo, no deis mal ejemplo á vuestra hija diciendo delante de ella tales cosas. ¡Mi hija...! ¡tan perdida como vos! ¡Padre! exclamó con su dulce voz la Inesilla ; es verdad que quiero á Cristóbal, pero le quiero para mi marido... y mirad, señor, que mi madre es una mujer honrada.
Vendría la deseada... «la nuestra»; y entonces, o no había justicia ni vergüenza, o don Cristóbal sería ministro del primer gobierno que se formase. Pero el aludido rechazaba este honor con sonriente modestia. Maltrana, para animarle, se incluía en el triunfo. El también sería algo, ¡qué demonio!... Se contentaba con una dictadura sobre la instrucción pública, para desasnar el país a palos.
Pero, como ya hemos dicho, en el extenso cuadro trazado por el Sr. Danvila, D. Cristóbal queda, y no puede menos de quedar, relegado a segundo y a veces a tercero o cuarto término. El cuadro encierra casi toda la historia de España y de Portugal desde 1538 hasta 1613.
D. Cristóbal de Moura, hidalgo portugués, que a la edad de catorce años entró en calidad de menino al servicio de la princesa doña Juana, conquista la estimación, la confianza y el afecto de aquella egregia señora, la sigue desde Portugal a Castilla, desempeña por su mandado muy difíciles comisiones y muestra en todo rara discreción y singular destreza y tino.
Palabra del Dia
Otros Mirando