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Actualizado: 10 de mayo de 2025


Esta carta es una órden que en mi tiempo daban los señores contador ó tesorero de la hacienda, y con ella el boticario despachaba las recetas que el agraciado solicitaba: para cobrar el importe de estas recetas, que se hacia por años, las pasaba el boticario con su cuenta y visto bueno del contralor del hospital á las oficinas principales de la hacienda, y los señores ministros comisionaban un empleado de su confianza que fuese realizando esas recetas: todo anomalía, todo injusticia si se quiere, y todo rutina, abuso y despotismo, que es necesario destruir y crear órden, regularidad y estricta justicia.

Al salir dimos la targeta al contralor, cuyo oficio consiste en darlas en blanco, y recibirlas con el sello encarnado; penetramos á duras penas á través de la gente que entraba, y, quede aquí escrito en gloria de Duval, amo del establecimiento, esta comida ha sido la menos repugnante á nuestro gusto, por ser la que menos repugna á la cocina española.

Pero cata aquí que el padre, que es un Condazo muy serio, con su gorguera de encajes que parece un sol, gran talabarte de pieles y unos gregüescos como dos colchones, quiere que se case con Don Gaspar Hinojosa, Afán de Rivera, etc., etc., etc., que es Contralor, hijo del Virrey de Nápoles, y Secretario del general qué yo cuántos, que ha tomado á Amberes, Ostende, Maestrich ú otra plaza cualquiera.

Una persona que no conozco, como ya he dicho, cuyo nombre, en verdad, nunca se lo mencionar a mi cliente. Cuando hice el testamento, no hizo más que dictármelo para que yo lo escribiese. ¡Pero eso es absurdo! exclamé. Ciertamente que no es posible permita usted que un extranjero desconocido, que bien puede ser un aventurero por todo lo que sabemos, tenga completo contralor sobre sus bienes.

El problema que las instituciones libres deben resolver es el del gobierno de las sociedades humanas, a gusto y beneficio de los gobernados, y el mayor inconveniente para la buena gestión de los intereses ajenos, es la tendencia espontánea del individuo a preferir su propia voluntad y su propia conveniencia a las de los otros tanto más cuanto le sean menos afines por la sangre, el espíritu, el suelo, la lengua o el color, y las maneras de suprimirlo o atenuarlo son, naturalmente, la división del poder en varias ramas, que se contrapesen recíprocamente, y su contralor por la opinión pública.

El contralor comprendió desde luego mis dudas, y se contentó con decirme: allez, monsieur, allez. Allez, monsieur, allez, quiere decir: anda, anda, que allá dentro te arreglarán; ó bien esto otro: estoy haciendo mi vendimia; ¿no ves, majadero, que tengo un racimo en la mano? No seas impertinente, anda y déjame en paz.

Porque el terror a lo desconocido y la necesidad de saber para obrar o abstenerse, han originado las seis mil explicaciones diferentes de los fenómenos naturales por los poderes sobrenaturales que llamamos religiones, y éstas han puesto fuera del contralor de la razón y de la experiencia humanas los asuntos que más interesaban, al dar carácter sagrado a las concepciones primitivas, tanto más sagradas cuanto más antiguas, vale decir, cuanto más absurdas.

He dicho que entrábamos, y esto no es exacto en rigor. Pretendiamos entrar; pero nos detuvieron, á fin de proveernos de unas papeletas, sin las cuales no está permitida la entrada. Yo quise preguntar al contralor, que así se llama el empleado que da las targetas, sobre el uso á que las habiamos de destinar; pero los franceses son todos adivinos en el instante soberano de hacer un negocio.

Suplica a V. M. mande se devuelban al oficio de la furriera donde tocan y sobre este punto mandarse informar de los oficiales más antiguos de la casa. De que doy aviso a V. M. para que, por lo que le toca, tenga cumplimiento el referido acuerdo del Bureo. Guarde Dios a V. M. muchos años como deseo. Madrid y Noviembre 19 de 1659 años. Gaspar de Fuensalida. Señor Contralor.

Se hallan como los almacenes bajo la inspeccion de los señores ministros de la hacienda pública, tesorero y contador: el primero dotado de un contralor, un administrador, tres médico-cirujanos, un escuadron de practicantes y sirvientes, desde el mayordomo hasta el último criado, y por último con una botica que es lo principal de la mina.

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