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Recuerde añadió, que Mabel lo ama apasionadamente, como muchas veces me lo ha confesado, pero por alguna razón extraordinaria, que permanece siendo un misterio, ella se esfuerza en reprimir su cariño. Teme, creo yo, que de su parte sólo haya amistad, que sea usted un soltero decidido, demasiado recalcitrante, para que pueda abrigar por ella ningún pensamiento de cariño.

Sírvame de excusa que ya mi mayor delito había sido varias veces confesado, y la consideración de que cada vez que le confieso de nuevo hago sabedora á una persona más del deshonor de quien me ha dado su nombre. Todo lo sabe V. sin que yo se lo haya dicho. Bendito sea Dios, que me humilla como merezco, sin que yo, tan culpada, cometa la nueva culpa de infamar á mi pobre marido.

¡Bah! como si no lo supiera todo París... Por mucho que te ocultabas, mi pobre amigo, no engañabas á nadie y menos al marido. mismo me has confesado, , mismo, que esa señora te saqueaba de tal modo, que te habías arreglado conmigo para hacer economías. ¡Á tu salud, Lorenza! eres una mujercita que no compromete... ¡Oye, grosero!

No insisto repuso el médico , porque no quiero que me tenga usted por imprudente; pero le aseguro que, sin ese temor, más de dos veces le hubiera preguntado, en estos últimos días, por los motivos de un desaliento que no ha podido usted disimular. Despertaba esta declaración de Neluco la idea, no dormida enteramente en , de confesarme con él, como Facia se había confesado conmigo.

Así es que insinuó a Lucía que era preciso partir y, dejarse allí a los Gonzalvos entregados a su triste suerte; como se deja en un naufragio a los que no caben en las lanchas. Pero contra todo lo que esperaba, halló en Lucía protesta calurosa y enérgica resistencia. Indemnizábase confesado aquel noble sentimiento, de todo lo que callaba hasta a misma.

Además, ha confesado que aquella frase «no la siente», y no sintiéndola, ¿cómo va á repetirla bien?... El autor trata entonces de sustituir algunas palabras; pero esto, así, de sopetón, tampoco es posible; mejor será cambiarlo todo. ¡No pase usted apuros exclama; mañana la traeré á usted una frase nueva!

Mesía había convencido a la Regenta de que don Víctor, en rigor, venía a ser una cosa así... como un padre. Siempre había pensado ella algo por el estilo. Sin embargo, se le debía el honor; y a pesar de tanta intimidad, de aquel amor confesado implícitamente, Ana podía decir que don Álvaro no había puesto sus labios en aquella piel con cuyo contacto soñaba de fijo.

Gracias a Dios que hay lógica en mis afectos.... Mi padre, a quien he confesado mis errores, me ha dicho que yo amaba a un monstruo.... Ahora puedo decir que idolatro a un ángel. El estúpido ciego ha visto ya y al fin presta homenaje a la verdadera hermosura... pero yo tiemblo... ¿no me ves temblar?

Si, por alguna razón secreta, por salvar a su correligionario, la nihilista se había confesado autora de un delito que no había cometido ¿no debería insistir él, Vérod, en la acusación contra Zakunine?

Y fue en busca de la rival, a imponerla que le dejara, y tuvo con ella una tempestuosa explicación que terminó con el delito. Todo lo ha confesado. Hubo una nueva pausa del juez, a la que Vérod opuso todavía silencio. ¿Está usted contento? le preguntó el juez. ¿Por qué me lo pregunta usted? Y los dos hombres se miraron fijamente.