Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 1 de junio de 2025
Estando en esto, avisó Catana que estaba servida la sopa. Pues mientras ustedes comen dijo don Claudio levantándose , les daré cuenta minuciosa de todo lo ocurrido; porque ese solo fin es el que me ha traído aquí a estas horas. Lo mejor será contestó don Alejandro, apoyado enseguida por Nieves , que coma usted con nosotros.
Ponte aquí, Nieves, y tú a este otro lado, Catana... Vamos, ¿qué hay que decir a esto?... No os fijéis en este primer término, que es árido y escabroso, como todo terreno de costa, sino en lo demás, en lo llano, que es la vega de Villavieja, verde aquí, parda allá, con sus caseríos salpicados, después alturas grises y alturas verdes, y sierras peladas y montes obscuros... ¿Veis una rayita blanca, allá lejos, que culebrea un ratito en el contorno de la vega y luego se pierde entre dos cerrillos?
Nieves y Catana, mientras hablaba así don Alejandro, después de mirar lo que se descubría de frente y sin esfuerzo, querían salir al balcón para mirar hacia los lados. Poco a poco les dijo don Alejandro conteniéndolas ; no se permite mirar más que por derecho y desde ahí, ¿estamos?: lo otro ya se verá desde donde deba verse.
Nieves, que toda era ojos y respiración, para gozar a sus anchas de la luz y los aromas de que estaba inundada la campiña, adivinando la malicia envuelta en la pregunta de Catana, contestó a la de su padre, sonriéndose con la rondeña: Es una salida como otras suyas, por no mentir. Teme que lo sientas si te dice que no la gusta... por lo menos tanto como...
Tú hazte el cargo: ya que la casualidad te metió en Peleches por primera vez de noche cerrada, la gracia de la cosa está para mí en estimar yo mismo el efecto que te produzca lo que te vaya poniendo delante de los ojos, y que no se ve todos los días ni en todas partes. ¿Te enteras? Pues no hay más. Pero aguárdate un poco... ¡Catana!... ¡Catana!...
Y por si esto era poco, mientras Catana iba con el recado, él la siguió de lejos, como si tratara de ponerse en el rastro de su presa para que no se le escapara por ninguna parte. Así llegó al extremo del pasadizo que conducía al estrado.
No podía negarse que existían cuatro fenómenos, cuatro cosas raras, cuatro síntomas extraños, que, aunque independientes entre sí, convergían en un punto común a todos ellos: el caso misterioso de Nieves. Si a Nieves le había ocurrido algo, Catana, Fuertes y los dos farmacéuticos lo sabían. Esto ya era un hallazgo: el de un camino nuevo y más llano para ir en busca de la verdad.
Me parece, señora serrana, que aquí no hay negruras que maten ni asusten a ciertos corazoncitos temerosos y delicados... Bien claro, abierto, luminoso y variado es por donde quiera que se mire todo ello... Vamos, diga usted que sí o que no, como Cristo nos enseña. ¿E de zu mercé la vega tamién? preguntó Catana a su amo, en lugar de responderle.
Sé franca, tú que pintas algo y entiendes más que Catana de estas cosas. Fíjate bien: aquí la lozanía de la huerta; después el recuesto verde sucio; luego el pinar casi negro; enseguida un monte gris, rapado y pedregoso; y en último término, una montaña azul. ¿No tiene todo este conjunto su belleza especial?
Con todo esta y lo receloso que él había quedado, y, para ayuda de males, con el poco disimulo de Catana al servirnos, el pobre hombre se puso en ascuas y pregunta va y zancadilla viene, y ojeada a Catana y ojeada a mí. Se acabó aquello, yo no sé cómo, y empezó otra indagatoria en el saloncillo... hasta que se cansó, poco antes de llegar don Claudio.
Palabra del Dia
Otros Mirando