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Actualizado: 25 de mayo de 2025


33 como está escrito: He aquí pongo en Sión piedra de tropiezo, y piedra de caída; y todo aquel que creyere en ella, no será avergonzado. 1 Hermanos, ciertamente la voluntad de mi corazón y mi oración a Dios sobre Israel, es para salud. 2 Porque yo les doy testimonio que tienen celo de Dios, mas no conforme a ciencia.

El siguió riendo de esta absurda proposición, pero vencido de antemano por la sencillez con que Alicia la formulaba. ¿Y ?... ¿Por qué no pides ? ¡Oh, ella!... En el orgullo de su triunfo, se había olvidado de pagar varias deudas contraídas antes de su racha de buena fortuna. Ahora era inútil pedir. Estaba en un mal momento, todos la consideraban caída é incapaz de rehacerse.

A un extremo de la gigantesca excavación la montaña se había venido abajo, formando una cascada inmóvil de ondas de tierra y enormes pedruscos. El médico recordaba la catástrofe ocurrida cuatro años antes. La cantera se había derrumbado, cogiendo en su caída á una cuadrilla de obreros que trabajaba en su base.

Al lado opuesto estaba Jesús, clavado al leño del martirio, hermosamente desnudo, caída la cabeza sobre el pecho, manando sangre la lanzada, rígidas las piernas, sebosas las rodillas, porque en ellas se apoyaba el monaguillo al subir para encender, y envuelta la cintura en un paño rojo con lentejuelas de oro, indigno adorno de tan venerable figura.

Después, a la caída del sol, entraba en la capillita donde yacían los difuntos de su familia, guardaba los azadones, los rastrillos, las grandes regaderas, todo esto tranquilamente, con la serenidad de un jardinero de cementerio.

Otro venía calle arriba dando voces, para que abrieran paso a los embajadores que salían con el escudo atado al brazo izquierdo, y la flecha de punta a la tierra a pedir cautivos a los pueblos tributarios. En el quicio de su casa cantaba un carpintero, remendando con mucha habilidad una silla en figura de águila, que tenía caída la guarnición de oro y seda de la piel de venado del asiento.

Parece que invisibles manos trabajan en la formación de las tempestades y en la caída de las lluvias. Cuando los habitantes del llano ven á la montaña desaparecer bajo un montón de nubes, presumen, al observar el tocado del gigante, la fiesta que se les prepara.

41 Y ofrecerás el otro cordero a la caída de la tarde, haciendo conforme al presente de la mañana, y conforme a su libación, en olor de suavidad; será ofrenda [encendida] al SE

Una columna caída le servía de asiento y una campiña desolada de melancólico fondo. Sombreaba sus facciones de helénico dios un amplio chambergo y cubría sus vestidos con una túnica blanca, a modo de gabán de viaje. Con este exterior un tanto grotesco lo había representado el artista, soñando sobre las ruinas del agro romano.

Las verdaderas corridas de toros llegaron muy tarde, cuando ya íbamos de capa caída. Si en tiempos de Felipe II hubiesen tenido la misma importancia que hoy, aún quedarían plazas abiertas en muchos países de Europa... ¡Que no me hablen de los extranjeros!

Palabra del Dia

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