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Actualizado: 4 de mayo de 2025


Interior de una cabaña; Azucena estará sentada cerca de una hoguera; Manrique a su lado de pie. MANRIQUE y AZUCENA AZUCENA, canta. Bramando está el pueblo indómito, de la hoguera en derredor; al ver ya cerca la víctima, gritos lanza de furor. Allí viene; el rostro pálido, sus miradas de terror, brillan de la llama trémula al siniestro resplandor. MANRIQUE. ¡Qué triste es esa canción!

Púsose el niño muy encarnado, y movió negativamente la cabeza. ¡Pues es verdad! exclamó Currita encantada . , , ahora mismo... ¡Verás qué bonito!... ¡A ver, Germán!... Avise usted al señor marqués que vamos a subir a la cabaña a que nos haga un retrato...

Melisa tenía la cara lívida, pero su excitación había desaparecido y su mirada era como la de una persona a quien algún suceso, por largo tiempo esperado, hubiese acontecido; expresión que al maestro, en su atolondramiento, le parecía casi como de alivio. Allí delante aparecía una cabaña cuyo techo aguantaban dos maderos apolillados.

Vienen señores de Madrid sólo por verlo: sobre todo, pintores... Este cuerpo es el almacén y señalaba la cabaña en cuya puerta permanecía sentado . Lo de enfrente es la cocina y la cuadra. Tiene comunicación con el cuerpo central, la antigua casa, donde vivimos tu abuela y yo. Maltrana sentía deseos de reír ante la majestad con que Polo hablaba de su vivienda, señalando sus diversas partes.

Su techo es frágil nipa, su suelo débil caña, sus vigas y columnas maderas sin labrar: nada vale, por cierto, mi rústica cabaña; más duerme en el regazo de la eterna montaña, y la canta y la arrulla, noche y día, el mar.

Villamelón dio otro paso atrás y Currita otro adelante, repitiendo con tan suave voz que parecía una caricia: ¿Lo ves?... ¿Lo ves, Fernandito?... Y tirando de repente con rabioso arranque del paño negro, hundióle la cabeza a su ilustre esposo en la especie de saco que aquel formaba; volvió luego la espalda pausadamente, y sin perder su suavidad, salió de la cabaña.

El amor en una cabaña, sobre el que tanto oímos, es muy bueno en teoría, como lo es el engaño de que se puede tener el corazón alegre aun cuando el bolsillo esté vacío; pero en estos tiempos modernos la mujer habituada a las comodidades y al lujo no puede nunca ser feliz en la modesta casa de cuatro piezas, así como no lo es el hombre que se casa valientemente por amor y renuncia a su herencia.

Tan magníficamente lucía aquella criaturita ataviada de esa suerte, y era tal el esplendor de la propia belleza de Perla, brillando al través de los trajes vistosos que habrían podido apagar una hermosura mucho menos radiante, que puede decirse que en torno suyo se formaba un círculo de fulgente luz en el suelo de la obscura cabaña.

Los que no consiguen fabricarse una casa buscan por frágil cabaña un lecho vivo, pidiendo abrigo á los pólipos, perdiéndose entre la blandura de los alciones flotantes.

Marijuán reventaba de hilaridad. Yo a mi vez no pude menos de hacer alguna observación al narrador, diciéndole: Señor de Santorcaz, allá no se ve ningún castillo, como no sea que se le antoje fortaleza la cabaña de algún pastor de ovejas, únicos rusos que andan por estos lugares. si que no sabes lo que te dices prosiguió Santorcaz, deteniendo su macho en medio del camino . Os seguiré contando.

Palabra del Dia

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