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Actualizado: 22 de mayo de 2025


Sólo cambiaban el exterior y el nombre de las cosas. La humanidad contemplaba a la luz cenicienta de una religión que maldice la vida, lo que antes había visto en la inocencia de la infancia. El esclavo redimido por Cristo era ahora el asalariado moderno, con su derecho a morir de hambre, sin el pan y el cántaro de agua que su antecesor encontraba en el ergástula.

Recordaba la poesía árabe cantando á la mujer junto á la fuente con el cántaro á sus pies, uniendo en un solo cuadro las dos pasiones más vehementes del oriental: la belleza y el agua. La fuente de la Reina era una balsa cuadrada, con muros de piedra roja, y teniendo su agua mucho más baja que el nivel del suelo.

Sin esta máscara no podré continuar. Algunos rostros de tejedoras, de fruteras, de simples mozas de cántaro, desfilaron por su mente. El sol se había puesto. Las calles estaban desiertas.

These various rimes, except the tercet, are found in La Moza de Cántaro, but in this rule, as in others which he prescribes, Lope does not follow his own precepts. The redondilla is far more common than any other, though the romance is frequently used.

Deseando enamoraros, Moza de cántaro soy, Por agua á la fuente voy. Tenéos... DO

10 Y él les dijo: He aquí cuando entrareis en la ciudad, os encontrará un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare, 12 Entonces él os mostrará un gran cenáculo aderezado; aparejad allí. 17 Y tomando el vaso, habiendo dado gracias, dijo: Tomad esto, y partidlo entre vosotros; 21 Con todo eso, he aquí la mano del que me entrega, conmigo en la mesa.

Parecía la señora principal, la reina de aquella función, y apenas podían comprender sus compatriotas que fuese ella misma la moza que hacía poco iba con un cántaro por agua a la fuente. Era marcial y decidido su paso, pero al mismo tiempo majestuoso y modesto.

La Virgen María cosiendo, lavando y cuidando de la casa; San José trabajando en su carpintería, y el Niño Dios yendo a la fuente por agua con el cántaro al hombro o en otros menesteres por el estilo, o entreteniéndose en juegos infantiles con muchachos de su edad, son harto difíciles de ser representados con el conveniente decoro.

¿Qué mejores -dijo Sancho- que "entre dos muelas cordales nunca pongas tus pulgares", y "a idos de mi casa y qué queréis con mi mujer, no hay responder", y "si da el cántaro en la piedra o la piedra en el cántaro, mal para el cántaro", todos los cuales vienen a pelo?

Llegaban, sin duda, de alguna finca de los alrededores. Al pasar junto a la fuente, Beatriz no pudo reprimirse, e inclinado su cuerpo, pidió con el gesto a las mozas que la alargasen un cántaro. Luego, echando el velo hacia atrás y pegando su boca al barro humedecido, diose a beber como una zagala.

Palabra del Dia

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