Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 22 de mayo de 2025
Entró a la ciudad, y, al cruzar la plazuela de Sofraga, vio en torno a la fuente ocho o diez mozas de cántaro que dejaban correr la hora entre cuentos y decires, la boca llena de risa. Aguijoneado él mismo por la sed, miró como un bíblico milagro aquel fluido abundoso que, surgiendo de la sequiza muralla, empapaba los bordes del pilón y se volcaba por la calleja.
In enumerating the plays of Lope which were still well known and represented in Spain in the nineteenth century, Gil de Zárate names La Moza de Cántaro among the first, and doubtless on this authority Ticknor speaks of it as one of the plays of Lope which "have continued to be favorites down to our own times."
However, the Spanish critics usually narrow the class to include only the dramas of Lope which deal with the lower strata of social life and make the error of classing the Moza de Cántaro among them.
Perdónenme si me atrevo, Por el honor del fregado, La opinión del lavadero, Del cántaro y el jabón; 2145 Que más de cuatro manteos, De ésos con esteras de oro, Cubren algunos defetos. DO
La Moza de Cántaro, Comedia en cinco actos por Lope Félix de Vega Carpio y refundida por Don Cándido María Trigueros, Valencia, 1803. Obras Sueltas de Lope de Vega, colección de las obras sueltas, assi en prosa, como en verso, 21 vols., Madrid, 1776-1779. Handbuch der Spanischen Litteratur, von Ludwig Lemcke, 3 vols., Leipzig, 1855.
Bien era un brasero que se estaba encendiendo, con el tubo de hierro sobre las brasas para hacer tiro; bien el montón de zaleas o de ruedos, ya una banasta de ropa; ya un cántaro de agua. De todas las puertas abiertas y de las ventanillas salían voces o de disputa, o de algazara festiva.
3 Y como de allí te fueres más adelante, y llegares a la campiña de Tabor, te saldrán al encuentro tres varones que suben a Dios en Bet-el, llevando el uno tres cabritos, y el otro tres tortas de pan, y el tercero un cántaro de vino.
Hombre, acostumbrada a la hermosura y la animación de una ciudad como Sevilla, nada de particular tendría que al verse de pronto en una soledad como ésta... ¿De modo que donde hay soledad, no cabe belleza ni?... ¿Se quiere usted callar, alma de cántaro? No le hagas caso, Nieves... ¡Pues, hombre, me hace gracia la ocurrencia!
Y acudía a la memoria de la gente sencilla el recuerdo de los prodigios, aprendidos en la niñez sobre las faldas de la madre; las veces que en otros siglos había bastado asomar a San Bernardo a un callejón de la orilla, para que inmediatamente el río se fuera hacia abajo, desapareciendo como el agua de un cántaro que se rompe. El alcalde, fiel a la dinastía de los Brull, estaba perplejo.
Vos salisteis diferente De lo que aquí publicáis, Y yo sin dicha si os vais, Para que yo muera ausente. 2350 ¿Quién sois, hermosa Isabel? Porque cántaro y diamantes Son dos cosas muy distantes; Que hay mucha bajeza en él, Y en vos mucho entendimiento, 2355 Mucha hermosura y valor, Mucho respeto al honor, Que es más encarecimiento.
Palabra del Dia
Otros Mirando