Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 2 de julio de 2025
Veo á larga distancia un objeto que se mueve, y digo: «allí hay un hombre;» acercándome mas, descubro que no es así; y que solo hay un arbusto mecido por el viento. ¿Me ha engañado el sentido de la vista? no: porque la impresion que ella me trasmitia era únicamente de un bulto movido; y si yo hubiese atendido bien á la sensacion recibida, habria notado que no me pintaba un hombre.
»El poeta dijo entonces: «Mucho mayor alboroto fuera, si yo acabara aquella comedia de que tiene V. en prenda dos jornadas por lo que le debo, que la llamo Las tinieblas de Palestina, donde es fuerza que se rompa el velo del templo en la tercera jornada, y se obscurezca el sol y la luna, y se den unas piedras con otras, y se venga abajo la fábrica celestial con truenos y relámpagos, cometas y exhalaciones, en sentimiento de su Hacedor, que por faltarme dos nombres que he de poner á los sayones, no la he acabado.» «Ahí me dirá V., señor huésped, ¿qué fuera ello?» «Váyase, dijo el mesonerazo, á acabarla al Calvario, aunque no faltará en cualquiera parte que la escriba ó la represente quien la crucifique á silbos, legumbre y desperdicio.» «Antes resucitan con mis comedias los autores, dijo el poeta: y para que conozcan todos Vds. esta verdad y admiren el estilo que llevan todas las que yo escribo, ya que se han levantado á tan buen tiempo, quiero leerles ésta.» «Y diciendo y haciendo tomó en la mano una rima de vueltas de cartas viejas, cuyo bulto se encaminaba más á pleito de tenuta que á comedia, y arqueando las cejas y deshollinándose los bigotes, dijo leyendo el título de esta suerte:» Tragedia troyana, Astucia de Simón, Caballo griego, Amantes adúlteros y Reyes endemoniados.
De este punto salia otro correo el jueves, y reuniendo en el camino la correspondencia de las mismas provincias, llegaba á Manila los jueves por la mañana. Que en establecer esta comunicacion se prestó un servicio de la mayor importancia, nadie lo duda; pero es tambien cierto que la correspondencia de estas cinco provincias era y será siempre tan de poco bulto y valor, que no merece indicarse.
La sorpresa, el acento sarcástico y amenazador del clérigo, y la vista del bulto de don Segis, que permanecía a algunos pasos, inmóvil, como fuerza de reserva, infundieron tal pavor en Sinforoso, que en algún tiempo no pudo articular palabra. Sólo cuando el teniente avanzó hacia él un paso, logró decir: Tranquilícese usted, don Benigno. Yo no le he nombrado a usted.
El Magistral vio aparecer por una esquina de la calle un bulto que se acercaba con paso vacilante, y que caminaba ya por la acera, ya por el arroyo. Era don Santos Barinaga, que volvía a su casa, tres puertas más arriba de la del Magistral, en la acera de enfrente . De Pas no le conoció hasta que le vio debajo de su balcón.
Cierto empleado precavido que se había armado hasta los dientes, vió, al anochecer, un bulto cerca de su casa, lo tomó sin más ni más por estudiante y le soltó dos tiros de revólver. El bulto resultó despues ser un guardia veterano y le enterraron y, ¡pax Christi! ¡Mutis!
Al punto se abalanzó hacia el pequeño bulto D. Paco, y observándolo y recogiéndolo, dijo: ¿Una cartita, eh? La ha arrojado un hombre. Inés, que se acercó de nuevo a la reja, exclamó con terror: ¡Doña María, doña María viene ya! Se quedaron muertas, petrificadas; pero con presteza extraordinaria las tres empezaron a ordenar los objetos, para que cada cosa estuviese en su sitio.
Era la peor época del año: comenzaba la cría. Los conejos estaban flacos, costrosos. Sólo se cogían gazapillos, y por un lío de éstos no daban más allá de una peseta. Además, abundaban las malas noches, en las cuales las bestias parecían esconderse en lo más profundo de la tierra, y el hurón entraba en las madrigueras sin tropezar con el más leve bulto de pelo.
Al estrecharla, don Pedro no pudo dejar de notar las bizarras proporciones del bello bulto humano que oprimía. ¡Una real moza, la primita mayor! ¿Tú eres Rita, si no me equivoco? preguntó risueño . Tengo muy mala memoria para nombres y puede que os confunda. Rita, para servirte... respondió con igual amabilidad la prima . Y ésta es Manolita, y ésta es Carmen, y aquélla es Nucha....
Zoraida, aunque no entendía bien todos los sucesos que había visto, se entristecía y alegraba a bulto, conforme veía y notaba los semblantes a cada uno, especialmente de su español, en quien tenía siempre puestos los ojos y traía colgada el alma.
Palabra del Dia
Otros Mirando