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Actualizado: 3 de junio de 2025


Luego que me hube aferrado bien a esta idea, bebí otra copa de un trago, me levanté y salí decidido a entendérmelas con aquel guapo. Mientras caminaba a paso largo hacia la calle de Argote de Molina, discurrí que acometerle de improviso a bofetadas era indigno. Además, una cachetina no era lo que yo apetecía. En aquellos momentos me sentía inclinado a lo trágico.

Mientras más, mejor... En fin, no quiero marearla a usted más, y la dejo sola para que piense en lo que le he dicho. Siga limpiando, trabaje, bofetadas a los muebles, fregotee hasta que le escuezan los dedos; mecánica, mucha mecánica, y mientras tanto, piense bien en esto, y mañana o pasado mañana... no hay prisa... vengo por la rimpuesta, como dice el payo... iii

La escoba, que aún estaba arrimada á la puerta, la puso en las manos del muchacho el joven que lo sacó de la calle, y al entregarle la escoba, le dió dos fuertes bofetadas, volviéndole á la triste realidad de la vida, al par que le decía: ¡Imbécil, cuanto acabas de dejar solo se adquiere con dinero!

Pero algunos se desmandaron, tomando equivocadamente la familiaridad por otra cosa, y faltos de palabras, fueron largos de manos... Hubo bofetadas, Juanillo, y algo peor. Esa moza es de cuidado. Parece que tira a las armas blancas, que sabe dar puñetazos como un marinero inglés, y, además, conoce ese modo de reñir de los japoneses que llaman jitsu.

Si por adeudarle mes y medio de pupilaje el patrón te ha dado quince bofetadas... ¿Fueron más o menos?... Mendoza, más amoscado y fruncido, no quiso contestar. Pongamos quincé... Si hubieses llegado a deberle año y medio, ¿cuántas bofetadas te hubiera dado? Me parece que el lance no es para reírse. Si no me río: es que soy muy aficionado, como sabes, a las matemáticas.

Jacinta le daba bromas por su forzada esclavitud, y él, hallando distracción en aquellas guasitas, hizo como que le pegaba, la cogió por un brazo, le atenazó la barba con los dedos, le sacudió la cabeza, después le dio bofetadas, terribles bofetadas, y luego muchísimos porrazos en diferentes partes del cuerpo, y grandes pinchazos o estocadas con el dedo índice muy tieso.

Yo le he visto en días de pontifical, con la mitra puesta, mirarnos a todos con tales ojos, que le faltaba muy poco para soltar el báculo y emprendernos a bofetadas. Lo que dice la tía: ¡si no bebiera...! Entonces son ciertas las murmuraciones del cabildo. Emborracharse, no señor. A cada cual lo suyo: una copita ahora y otra después, y una tercera si le visita un amigo y hay que obsequiarlo.

Como nos empeñemos todos en ser perfectos, no nos podremos aguantar unos a otros, y habría que andar a bofetadas... Bueno, pues te decía, que ese pobre niño queda bajo mi protección; pero no vendrá a esta casa, porque sería indecoroso, ni a la casa de ninguna persona de la familia, porque parecería tapujo».

Y mientras ella soñaba saboreando el pasado, entusiasmábase Rafael contemplando el retrato de Brunilda, una hermosa fotografía en cuyo robo había pensado más de una vez. Aquella era Leonora; la walkiria arrogante, la hembra fuerte y valerosa, capaz de darle de bofetadas al más leve atrevimiento y de manejarle como un niño.

Cuéntase, en efecto, que era de demasiada grandeza, corva en la mitad y toda llena de verrugas, de color amoratado, como de berenjena; bajábale dos dedos más abajo de la boca; cuya grandeza, color, verrugas y encorvamiento así le afeaban el rostro, que, en viéndole Sancho, comenzó a herir de pie y de mano, como niño con alferecía, y propuso en su corazón de dejarse dar docientas bofetadas antes que despertar la cólera para reñir con aquel vestiglo.

Palabra del Dia

cabalgaría

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