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Actualizado: 19 de mayo de 2025
¡Imposible! exclamaron algunos. ¡Tránter ha recibido un golpe! Tanto valdría quedarse con una bofetada. ¿Pues y los insultos de Tránter? ¿No empezó él por poner su mano en los cabellos del otro? dijo Haroldo. Habla tú, Tránter. Ha habido ofensa por ambas partes y bien podrían quedar las cosas como están. Todos vosotros me conocéis, dijo Tránter, y no podéis dudar de mi valor.
Odiaba al verro; sentía como una vaga ofensa inferida a su persona al ver el terror que inspiraba a todos. ¿Y no habría quien le diese una bofetada a este fantasmón venido del presidio?... Un atlot avanzó hasta Margalida, tomándola la mano. Era el Cantó, sudoroso y trémulo aún por su reciente fatiga. Erguíase, como si su debilidad fuese una nueva fuerza.
Desde la sala se oía a lo mejor, detrás de las cortinillas de tafetán verde: Pepe que le doy a usted un cachete. Hola, hola, eso no estaba en el programa.... Niños, niños, formalidad. ¿Por qué no les da usted una luz, Visita? Señores, porque esos locos son capaces de quemar la casa.... Tiene razón Visita, tiene razón gritaban desde dentro Joaquín Orgaz o el Pepe de la bofetada.
No tardó en aparecer otra madre furiosa, que más que mujer parecía una loba, y la emprendió con otro de los mandingas a bofetada sucia, sin miedo a mancharse ella también. «Canallas, cafres, ¡cómo se han puesto!». Y al punto fueron saliendo más madres irritadas. ¡La que se armó!
Su amigo había contestado a las confidencias con una bofetada, y después ocurrió la riña, de la que Rafael salió tan malparado. Juanito se conmovió por el suceso. Decididamente, su hermano no era malo; su prontitud en defender la honra de la familia, castigando la calumnia, hacíale simpático. Y el sencillo Juanito, olvidando lo de la borrachera, consideró a su hermano como un héroe.
Anda con Dios; te compadezco: eres malo, y el que es malo, consigo lleva el castigo. Las viejas no sirven más que para sermonear gruñó Momo, echando a su abuela una impaciente y torcida mirada. Pero apenas había pronunciado la última palabra, cuando su madre, que lo había oído, se arrojó a él y le descargó una bofetada.
Se ha quitado una mosca de encima dijo el alférez Saltillo... y de una manera brava... estos señores pueden testificar. Ha sido una bofetada digna de que la cante un Homero dijo un poeta. Eneas haciendo rodar á Aquiles añadió otro. Un lance por una... hermosa dijo otro. De cuyo lance resultarán estocadas. ¿Queréis hacerme un favor, señores? dijo Juan Montiño. Miraron todos con atención al joven.
Pues otro día, estando en el Modelo... verás... me dijo una tía muy pindongona y muy facha que si yo era no sé qué y no sé cuánto, y de la primer bofetada que le alumbré fue rodando por el suelo con las patas al aire. Nada, que tuvieron que atarme... Pues volviendo a lo que decía. Aquel día que tuve la zaragata con Visitación...
En el escritorio y en el almacén aparecieron los primeros mecheros de gas hacia el año 49, y el famoso velón de cuatro luces recibió tan tremenda bofetada de la dura mano del progreso, que no se le volvió a ver más por ninguna parte.
¡Y no les diste una bofetada! exclamó D.ª María, clavando sus dedos en el cuero del sillón. ¡Quía! Me eché a reír y les dije que ya pensaba ir a Francia con el Sr. de Santorcaz, que es mi amigo y ha de ser mi maestro cuando me case.
Palabra del Dia
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