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Peores golpes habían caído sobre él en su vida. Y se dedicó á sermonear á los pequeños para que fuesen prudentes. De todo lo que habían visto, ni una palabra á nadie. Eran asuntos que convenía olvidarlos. Y lo mismo repitió á su mujer, que hablaba de avisar al médico. Valía esto tanto como llamar la atención de la justicia. Ya iría curándose él solo; su pellejo hacía milagros.

Pero Teresa, aunque daba por muy acertadas todas las palabras de su amiga, asustábase ante la suposición de tener que reñir al marido por su conducta. ¡Ah, si ella tuviera una persona que se interesase por su suerte y la de la casa, qué gran favor le haría encargándose de sermonear a aquel hombre que, a pesar de sus bigotazos y sus palabras campanudas, se dejaba engañar como un niño! ¡Qué obra tan caritativa lograr que aquel hombre alejado de los afectos de la familia volviese a ser buen padre y buen marido!

Estoy vestida de harapos... No me riñas, cada cual tiene su manera de ver las cosas de la vida. que me vas a sermonear, y hablarme de moral y qué yo... No entiendo tus medicinas. Te diré... Dios no quiere favorecerme, Dios me persigue, me ha declarado la guerra... ¡Qué pillín!

Anda con Dios; te compadezco: eres malo, y el que es malo, consigo lleva el castigo. Las viejas no sirven más que para sermonear gruñó Momo, echando a su abuela una impaciente y torcida mirada. Pero apenas había pronunciado la última palabra, cuando su madre, que lo había oído, se arrojó a él y le descargó una bofetada.

¿Pero hay que estar loco, miss Maud, para agradar á usted? No es justo sermonear á Tragomer por mi causa. ¿Por qué exigirle una sublimidad de que yo no le doy el ejemplo? Esta noche está usted de humor regañón, y en este caso aquí estoy yo para servir de blanco. Pero, por favor, que se salven los transeuntes. Miss Harvey se echó á reir.

La diferencia entre tu hermano y prosiguió mi cuñada, que también gusta de sermonear un poco de cuando en cuando, está en que él reconoce los deberes de su posición y no ves más que las ventajas de la tuya. Ahí tienes a Sir Jacobo Borrodale ofreciéndote precisamente la oportunidad que necesitas y que más te conviene. ¡Gracias mil! murmuré.

Nuestra idea continuó Alfonso, es combatir á esos republicanos tibios que van á las Cortes y á los clubs para sermonear sobre el orden y la moderación. Exterminio á esa canalla, á esos hipócritas. dijo el Curro, porque si uno se deja dominar por esos tibios, se queda uno atrás; y no están los tiempos para quedarse uno atrás. Mucho tino, que el que ahora no saca algo....

Probablemente don Ambrosio O'Higgins se acordó del cuento cuando, al sermonear a los capitanes, terminó la reprimenda empleando las palabras del alcalde andaluz. Aquella noche quiso su excelencia convencerse personalmente de la manera como se obedecían sus prescripciones. Después de las once y cuando estaba la ciudad en plena tiniebla, embozóse el virrey en su capa y salió de palacio.

De todos mis furores tiene la culpa la penilla negra, y de la penilla negra que hay en mi corazón, bien me yo quien tiene la culpa. Aquí intervino doña Ramona y dijo: Ea, hermano, déjate de sermones que aquí no hemos venido a sermonear sino a divertirnos. Ya se enmendará Curro y se pondrá más suave que un guante. D. Antonio, rasguee usted esa guitarra y que bailen el fandango estas niñas.