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Actualizado: 24 de junio de 2025
Era fuerte, valiente, tímida, tostada por el sol y por el aire del mar, con las cejas un poco juntas. Aquel día estaba vestida de fiesta: llevaba una blusa clara, una falda azul, medias rojas y alpargatas blancas. Cualquier cosa la confundía y la turbaba. Me pareció ser una excelente amiga para Mary y que la tenía mucho afecto. Mary me dijo que ellas iban al faro.
Con un pedazo de lápiz tamaño así, y un papel de cigarro, basta para hacer el gran balance. Es la liquidación fácil, porque es la última... y palante». Mariano y su colega le oían absortos. «Dice este continuó el estampador, incansable en la denuncia que él ha de poder poco o ha de soltar pronto la blusa.
En el monte de durazneros se había dispuesto lo necesario para el almuerzo, consistente en una vaquillona con cuero, empanadas, frutas, cerveza y limonada gaseosa en abundancia; todo listo para las doce bajo la prolija vigilancia de Melchor que se hallaba vestido con traje de gala: botas claras de cuero de chancho, bombacha de hilo crudo; tirador de charol negro; camisa de seda celeste claro; blusa corta de grano de oro; gran «panamá» con ancha cinta de colores; y por detrás, debajo de la blusa asomaba el caño bruñido de un revólver.
Maltrana pensó por primera vez si el gran error de su vida era haberse dejado arrancar del campo de miseria donde nació; si aquella buena señora, su protectora, habría sido, sin saberlo ni quererlo, la mala hada de su destino; si estaba condenado a eterna hambre por soñar con la gloria y haber vestido las raídas ropas del bohemio, cuando su salud consistía en seguir dentro de la blusa de sus mayores.
No muy lejos vio a un viejo trabajador con blusa azul, boina raída y alpargatas, que venía corriendo, perseguido de un joven que, a juzgar por las mangas postizas de tartán sujetas al codo y su cabeza peinada y relamida, que llevaba descubierta, debía de ser dependiente de alguna tienda de comestibles.
Entonces sí saltó de furor y gritó de desesperación... De este modo me apoderé de él. ¿Qué han resuelto ustedes? El plan más sencillo es siempre el mejor. Mañana le llevaré una blusa, un pantalón y una boina de marinero.
Debajo de su americana blanca, traía una blusa de lana azul igual á la de Dougall y debajo del pantalón, otro de la misma tela que la blusa. En seguida sacó del bolsillo una boina bordada de rojo y un par de zapatos. ¡Vamos! vivo... ¡Desnúdate! ¿No podrán sorprendernos? No, no vendrá nadie, si el vigilante se ha marchado realmente. ¿Pero cómo me quito la cadena? ¡Espera!
Isidro se sentó sobre la fúnebre caja, temiendo una nueva profanación, y se replegó aturdido y temeroso por el estrépito de los tiros. Un hombre de blusa vino también a sentarse en el féretro, como si éste fuese un lugar de asilo. Oyó Maltrana un lamento y vio la blusa blanca, manchada de sangre, balancearse y caer al suelo.
No le dé usted el señorío y boato que reclama, y entregará su cuerpo al demonio... El hombre es más digno y noble; se preocupa de otras cosas que de los trapos, y por eso es él quien debe mandar y dar dos palos a tiempo para que se le respete. Con blusa y alpargatas se siente muchas veces mejor que tirado de chistera y de gabán.
El hospedero del Sol de Oro, recién afeitado, se había puesto una ancha blusa encima del traje y cubría su cabeza con un sombrero de anchas alas. Pesadamente subió en la charrette se le reunió en seguida su hijo Simón con las riendas en la mano.
Palabra del Dia
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