Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 17 de mayo de 2025
En el monte de durazneros se había dispuesto lo necesario para el almuerzo, consistente en una vaquillona con cuero, empanadas, frutas, cerveza y limonada gaseosa en abundancia; todo listo para las doce bajo la prolija vigilancia de Melchor que se hallaba vestido con traje de gala: botas claras de cuero de chancho, bombacha de hilo crudo; tirador de charol negro; camisa de seda celeste claro; blusa corta de grano de oro; gran «panamá» con ancha cinta de colores; y por detrás, debajo de la blusa asomaba el caño bruñido de un revólver.
En cinco segundos pasamos como una exhalación por los durazneros, los naranjos y los perales, y fué en este momento cuando la idea del pozo, y su piedra, surgió terriblemente nítida. ¡No quiero que me toque! grité aún. ¡Espérate! En ese instante llegamos al cañaveral. ¡Me voy a tirar al pozo! aullé para que mamá me oyera. ¡Yo soy el que te voy a tirar!
No te demores... que yo también quiero bañarme y usted acompáñeme a traer duraznos... Como quiera, don Ricardo. Vamos. Al dirigirse al monte de durazneros cruzaron el jardín en silencio; pero al entrar en aquél, dijo Ricardo: Baldomero, en los pocos días que lo he tratado me ha parecido encontrar en usted un hombre serio, de experiencia y capaz de dar un consejo. Usted dirá, don Ricardo.
Palabra del Dia
Otros Mirando