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Actualizado: 13 de junio de 2025


Diariamente, aunque ciegos, sienten venir la luz, ábrense con avidez, recíbenla, contémplanla con su cuerpo transparente, y cuando ha desaparecido, la conservan y la cobijan con su amoroso pensamiento.

¡Oh, Miguel... Miguel! suspiró ella, librándose por un momento de la caricia para volver á someterse á aquellos labios que la perseguían con avidez. Hablaba como una vencida. Había vuelto de golpe á su pasado, estremeciéndose al contacto de tantas cosas olvidadas que una larga abstinencia hacía completamente nuevas. Esta boca ardorosa y dominadora la despertaba de un sueño que había durado años.

Entérese usted bien de lo que ha pasado dijo D. Felicísimo, entregando a Salvador varias cartas, que este empezó a leer con avidez . Vea usted lo que me escribe el guardián de franciscos de Estella.... Vea usted también la relación detalladísima que del suceso me hace el prior de los descalzos de Viana.

Para que los oficiales pudiesen avanzar sin bajadas y subidas, unos tablones formando andamio estaban tendidos de puerta á puerta. Al ver los soldados al jefe se formaban en fila. Sus cabezas quedaban al nivel del talle de los que iban pasando por los tablones. Desnoyers miró con avidez á todos estos hombres. ¿Dónde estaría Julio?... Se fijó en la fisonomía especial de los diversos reductos.

Por lo menos asumí una expresión capaz y busqué en mi memoria algunas de las frases que las venerables sibilas o los confesores dan ordinariamente como viático a los amantes desgraciados. Y él, como un gran niño que era, bebió esas tontas palabras de consuelo con la avidez de un hombre que se muere de sed. ¿Pero tendrá paciencia ella también? me preguntó, y parecía perder nuevamente el valor.

Llegué, y en la pequeña plazoleta que hay a la entrada de la iglesia, entonces convertida en Congreso, había, como de costumbre, gran gentío. Extendí con avidez la vista por la multitud de caras que allí se confundían, y no vi ninguna de las que buscaba.

Visitaba a sus amigos de las redacciones, preguntando con avidez cuándo podría meter la cabeza en alguna de ellas; se ofrecía a los administradores para pegar fajas y hacer paquetes. Contentábase con cualquier cosa; lo importante era conseguir, fuese como fuese, un par de pesetas todos los días.

Pero como no me gusta la comedia que estamos representando aquí bajo, chicheo en algunas escenas. Ya te mostraré yo remedio a todo. Rezando, implorando el favor divino, no queda en el pensamiento espacio a la impiedad. ¡Cuántas oraciones resultarán impías a los ojos de Dios! ¡Con qué frecuencia se confundirán en la plegaria del devoto la esperanza del beneficio propio y la avidez del mal ajeno!

Con una solicitud y una amabilidad que conmovía profundamente a la madre y a la hija, el joven se proporcionaba el placer de satisfacer los caprichos de la enferma, y sabe Dios si los tenía. Un día era un cesto de dátiles impacientemente deseados y que la anciana devoraba con avidez; otras veces granadas, plátanos o nueces de coco que engañaban apenas la repugnancia de su estómago gastado.

Experimentó una sensación de disgusto ante las hembras serviles y tímidas, acostumbradas al golpe, y que buscaban resarcirse con avidez de las grandes quiebras y desengaños sufridos en su comercio. Lo era imposible celebrar, como sus primos, con grandes carcajadas el desencanto de estas mujeres cuando veían perdidas sus horas, sin conseguir otra cosa que bebida abundante.

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