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Actualizado: 19 de junio de 2025


La presencia de sus camaradas contribuía a hacer más vivo este recuerdo. Todos eran amigos de doña Sol; algunos hasta pertenecían a su familia y él los había mirado como parientes. Comieron y bebieron con esa voracidad salvaje de las fiestas nocturnas, a las que se va con un propósito firme de excederse en todo, buscando embriagarse cuanto antes para atrapar la alegría del aturdimiento.

Su brusca y misteriosa salida de la cárcel, el conocimiento de Bozmediano y el aturdimiento producido por sus palabras, le impidieron por algún tiempo darse clara cuenta de su difícil y rarísima situación. Pero cuando se vió solo y anduvo un buen rato, empezó á comprender que no tenía á donde ir, ni á quién dirigirse, ni con quién vivir.

Hoy, que es día de gloria, también yo me atrevo a pedirles que me perdonen. Hace ya años, y aunque con la mejor intención, yo les he hecho sufrir. Y algo peor: yo he contribuído, con mi aturdimiento insensato, a hacer desgraciada a Angustias, quizás a don Pedrito, y, desde luego, a ustedes. ¡Bien lo he pagado! Dios me perdonará. Perdónenme ustedes. ¿Qué dice usté ahí, Felicita? No sea usté simple.

¡Pero qué cosas tan horribles tienes, Paz! siguió aturdida y confusa . No vuelvas a hablar así porque me marcho de tu lado. Perdona, hija dijo la maliciosa niña, que se gozaba en el aturdimiento de su amiga y del concejal . Yo creía.... Hay muchos que lo dicen.... Entonces, si no es Ramón será Federico.... Maldonado frunció el entrecejo.

tomaste aquel aturdimiento mío como mejor te pareció, y así quedaron las cosas... ¿No es cierto, papá? Puede que lo sea... ¿Y qué más?

Debían matar solas, sin que su dueño se tomase el trabajo de apuntar. La imagen de Febrer reflejándose en el cristal hizo volver al padre la cabeza rápidamente. ¡Don Chaume!... ¡Ay, don Chaume! Tal fue el aturdimiento de su sorpresa y tan grande su alegría, que, agarrando las manos de Febrer, faltó poco para que se arrodillase al mismo tiempo que hablaba tembloroso.

El libro está muy bien; lo que en él se dice es pura verdad, ¡si lo sabré yo!... y lo de los autores falsos y los libros inventados, todo envidia, envidia nada más... A lo que me molesta no es esto, sino que digan que el libro no es mío, que me pongan en ridículo ante el jefe, que, como usted sabe, me honró con un prólogo... Y de esto, toda la culpa es de usted, que no ha guardado prudencia, que ha hablado con el aturdimiento de la juventud y me ha puesto en ridículo, señor, en un ridículo que hace gran daño a mi carrera política.

«Pero, Nina de mi alma, ¿has pensado bien en la carga que nos hemos echado encima?... que no puedes, llévame a cuestas, como dijo el otro. ¿Te parece que estamos nosotras para meternos a protectoras de nadie?... Pero acaba de contarme: ¿fue D. Romualdo bendito quien...? , señora, Rumaldo... respondió la anciana, que en su aturdimiento no se había preparado para el embuste.

Las andaluzas eran parlanchinas y vociferadoras; hablaban gesticulando y manoteando, esparciendo con su cháchara el aturdimiento en torno de ellas. Vestían falda de percal rameado con largos volantes, llevaban el mantón terciado, el moño aceitoso caído sobre la nuca, la frente con cuernecillos de pelo pegado, y en el cuello varias sartas de cuentas azules.

Los hombres del temple de don Diego no son los más difíciles de engañar, y el león se arroja con mayor aturdimiento sobre la trampa que el zorro. La sencillez, la rectitud y todas las cualidades generosas son otros tantos defectos para tratar con ciertas gentes. Un corazón honrado no desconfía de los cálculos y bellaquerías de que es incapaz, y cada cual se hace el mundo a su imagen.

Palabra del Dia

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