Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 3 de julio de 2025
En el llano, sus riberas, consolidadas por las raíces de grandes árboles, resisten también durante mucho tiempo á la acción de la corriente, y en muchos puntos el cauce del arroyo no ofrece más que ligeras sinuosidades en un gran trecho: asiéndose fuertemente de una rama é inclinándose por encima de las aguas, se ve á lo lejos la perspectiva de ramas y troncos reflejados sobre el movible cristal, rayado por la luz de trecho en trecho.
Abrióse la litera. Un bulto se acercó á ella. Salid, caballero dijo á Quevedo. Este no conoció la voz del que le había hablado, pero salió. Asíos de mi brazo, que la noche está lóbrega dijo aquel hombre y sois torpe de pies. Y de cabeza, lo que no creía, y me ha hecho creer el verme perdido en estos enredos dijo don Francisco asiéndose al brazo de quien le había hablado ; ¿y á dónde vamos, amigo?
Solo con el auxilio de un sirviente, y asiéndose del pasamanos de hierro, podía subir lenta y dolorosamente las escaleras de la Aduana; y luego, arrastrándose con harto trabajo, llegar á su asiento de costumbre junto á la chimenea.
Era el momento conveniente, porque gran número de alemanes, casi todos estudiantes de filosofía, de derecho y de medicina, con las caras llenas de cicatrices a consecuencia de los duelos tenidos en las cervecerías de Munich, de Jena y de otras partes, y que luchaban contra nosotros en virtud de la promesa que se les había hecho de concederles ciertas libertades después de la caída de Napoleón; todos aquellos mozalbetes intrépidos trepaban asiéndose de pies y manos del hielo y trataban de saltar a las trincheras.
Pues bien, vamos y apresurémonos dijo el padre Aliaga recogiéndose con una mano los hábitos y asiéndose con otra del brazo de Montiño ; empezad, pues, os escucho añadió el religioso. Advierto á vueseñoría que no le revelo nada sino bajo sigilo de confesión. Os prometo el sigilo por lo que respecta á vuestra persona, in verbo sacerdotis. ¡Cómo! Bajo palabra de sacerdote.
Si daréis, no daréis, y en los mentises acostumbrados, arremetió el uno al otro y asiéndose se salieron con los pedazos de los vestidos en las manos a los primeros estirones y no fue mucho. Metímoslos en paz, y preguntamos la causa de la pendencia. Dijo el soldado: ¿A mí chanzas? ¡No llevaréis ni medio!
Estamos enteramente solos dijo el duque : los que nos han traído no saben quién eres, ni de dónde sales. Y esta era la verdad. ¡Oh Dios mío, y qué locura! dijo Esperanza asiéndose encendida y trémula, al brazo que el duque la ofrecía. Subieron unas escaleras. Dos horas después el duque bajó por aquellas mismas escaleras, pálido y pensativo.
No, no lo puedo creer; no es cierto. -Sí, señora; es cierto. Yo no puedo estar en esta casa ni un día más. Adiós, señora. Lázaro murmuró la devota, asiéndose al brazo derecho del joven como un náufrago que encuentra una tabla en momentos desesperados. ¡Usted se va ... se va! Y yo me quedo aquí para siempre. ¡Oh!, quiero morirme mil veces primero. El joven estaba confundido.
Entre tanto, Montiño decía, asiéndose al brazo del bufón: Vamos á donde vos queráis le dijo ; afortunadamente entre tanta desgracia la vianda del rey está lista, no falta nada y... no me despedirán... tendrán lástima de mí... ¡Infeliz! murmuró enteramente desarmado el tío Manolillo. Y entrambos, en silencio, se encaminaron á la salida del alcázar. El tío Manolillo había aceptado la situación.
Palabra del Dia
Otros Mirando